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Las tiradas de aves acuáticas llegan a su ecuador sin grandes cacerías

La campaña mejora las anteriores, aunque sin cumplir las expectativas El cambio de nivel del agua por las lluvias perjudica la temporada

Las tiradas de aves acuáticas llegan a su ecuador sin grandes cacerías

Superado el ecuador de la temporada de «tirades» en los acotados próximos a l'Albufera, el resultado no ha sido el esperado por los cazadores. Los dos fuertes temporales sufridos en las últimas semanas, acompañados de aparato eléctrico, han dificultado la ya de por sí difícil y complicada, labor de retener a las aves en el coto. Sin ser una temporada mala, como había sucedido en las últimas ediciones, los cazadores de las replazas de Sueca, Cullera y Sollana están viviendo una campaña muy irregular que no está cumpliendo las expectativas.

José Badía, presidente de la asociación de cazadores de Sueca, se lamenta de la situación: «Hay poca caza y estamos teniendo una temporada atípica. Las lluvias, y las continuas subidas y bajadas de los niveles del agua en el acotado están haciendo que las aves no se queden y sigan su camino en busca de sitios más tranquilos».

Desde Cullera, Manuel Puig confirma que «la temporada «no ha ido del todo mal, pero había muchas esperanzas puestas en la última luna para ver si las aves venían y de momento no ha sido así». Puig confirma que las lluvias y sobre todo, los fuertes vientos les han perjudicado mucho, así como las subidas y bajadas del nivel de los acotados, que tuvieron que vaciarse en parte para que algunas de las acequias importantes de la zona pudiesen desaguar debido a los grandes niveles de agua acumulada.

Algunas replazas de Cullera y Sueca han consiguido buenos números de capturas en las cuatro tiradas que llevamos, pero también es cierto que hay otros puestos en los que la caza más bien ha brillado por su ausencia. En la tirada del 23 de diciembre, el buen tiempo, la falta de viento de levante y las agradables temperaturas se aliaron contra de los cazadores, que no pudieron abatir gran número de piezas en los alrededores de l'Albufera.

Los cazadores lo achacan también al hecho de que las aves detectan rápidamente los niveles de agua en las replazas y el mero hecho de subir o bajar apenas unos centímetros el agua embalsada es suficiente para que las aves busquen nuevos sitios donde pasar un tranquilo invierno.

A falta de tres tiradas, algunos cazadores ya sólo aspiran a pasar una buena semana de «càbiles», la tercera de enero. Muchos se están planteando llenar los acotados de arroz para alimentar a las aves como reclamo, y tratar de disfrutar de una semana que, el año pasado, salvó a muchos su temporada de caza, en especial en Cullera. Lo mejor ha sido el regreso a los acotados de especies que hacía años que no se veían.

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