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Homenaje a la política de consenso

La Mancomunitat de la Ribera Alta entrega su Guardó a los miembros de la comisión redactora de los primeros estatutos en el acto que cierra la conmemoración de su vigésimo aniversario Todos destacan la unidad alcanzada en los noventa

Homenaje a la política de consenso v. m. p.

En la misma sala donde se constituyó formalmente, la casa de la cultura de l'Alcúdia, y también un 11 de enero, la Mancomunitat de la Ribera Alta puso ayer el colofón a la conmemoración de su vigésimo aniversario con la entrega de su Guardó a los integrantes de la comisión redactora de los primeros estatutos que, en representación de los cinco partidos que entonces dominaban el espectro político de la comarca -PSPV-PSOE, Partido Popular, Unión Valenciana, Esquerra Unida y Unitat del Poble Valencià-, realizaron un importante esfuerzo de consenso para llegar a aquella primera asamblea del 11 de enero de 1996. Son los padres de la Mancomunitat de la Ribera Alta, con permiso de Francesc Signes, el primer presidente y promotor de la asamblea de concejales que cuatro años había iniciado el proceso. «Teníamos claro que la Mancomunitat o era consensuada o no podía ser y se consiguió», recordó el propio Signes en un video conmemorativo proyectado ayer y en el que se repasan los veinte años de historia a través de los recuerdos y reflexiones de los seis presidentes que ha tenido el ente.

El actual, Txema Peláez, llevó el hilo conductor del acto y destacó el intenso trabajo de aquella comisión que celebró quince sesiones de trabajo en poco más de un año para dar forma, artículo por artículo, a los primeros estatutos del ente. Integraban aquella comisión Emili Gregori y Aureli Sansixto en representación del PSPV; Mª Ángeles Crespo y Xavier Cebrià por parte del PP, el difunto Domingo Morcillo y Enric Pérez llevaron la voz de EU, Rafael Navarro y Vicent Choví fueron los representantes de UV y Pere Calpe y Gerard Donat los de UPV, precedente del Bloc Nacionalista.

El exalcalde de Algemesí Emili Gregori presidía una comisión en la que Xavier Cebrià, entonces concejal de l'Alcúdia, fue designado secretario de la comisión. Él se encargó de levantar acta de cada una de estas reuniones , una documentación que ha conservado y que ha servido para reconstruir esta fase inicial de la historia de un ente que arrancó con 22 localidades y que hoy agrupa a los 35 municipios de la Ribera Alta, con una población conjunta de 220.000 habitantes y un área geográfica de cerca de mil kilómetros cuadrados. Cuenta además con más de 40 trabajadores.

«Hubo mucha generosidad por todos los partidos, tanto a la hora de elaborar los estatutos como en la elección del presidente», expuso Signes, mientras defendía que la Ribera Alta cuenta con una identidad comarcal «muy fuerte» que acontecimientos como las inundaciones de 1982 ayudaron a forjar«y que no hay que perder».

La Mancomunitat de la Ribera nacía oficialmente el 11 de enero de 1996, aunque aquella asamblea era el resultado de un largo proceso iniciado cuatro años antes, en la misma casa de la cultura de l'Alcúdia, con la celebración el 22 de mayo de 1992 de una asamblea de concejales que, bajo la presidencia del propio Signes, contó con la participación de 202 ediles de todos los municipios, recordó ayer Txema Peláez, como ejemplo de implicación. De esa misma reunión salió la comisión redactora de los estatutos, integrada por diez personas, que dos semanas después celebraba su primera reunión en Algemesí.

La representatividad de las diferentes fuerzas políticas en el pleno de la Mancomunitat fue el mayor fundo de fricción en ese proceso que finalmente se pudo salvar y la comisión finalizó su trabajo en una última reunión celebrada el 16 de septiembre de 1993, en la que se acordó proponer al propio Signes como presidente de la asamblea de concejales en la que se debían aprobar los estatutos y a la que, el 10 de diciembre, asistían 250 ediles.

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