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juego visual en alzira

Con la llegada de la fotografía, el mundo del arte dio un vuelco significativo. La rapidez y exactitud en reproducir la realidad empujó a todo un ejército de artesanos que vivían realizando retratos y paisajes para la burguesía a reconvertirse de pintores a fotógrafos. Lo que parecía en principio el fin del arte figurativo, supuso el punto de partida para descubrir otras realidades dentro de la pintura que fue poco a poco dejando paso a la abstracción. Hoy nuestros ojos ya están educados en un sinfín de imágenes. Pero la realidad continúa siendo, afortunadamente, compleja y para poderla descifrar nada mejor que pararse y ponerse a mirar. Una ocasión magnífica para ello supone visitar el MUMA de Alzira, a lo largo de enero, donde en sus salas temporales se muestran los trabajos de tres fotógrafos. Fragmentos de una cotidianidad; muros, puertas y detalles arquitectónicos seleccionados por tres profesionales de la imagen, coetáneos pero que no se han conocido hasta la inauguración. Imágenes sin representación humana, sin fecha en el calendario, donde el visitante se identifica con la epidermis herida por el tiempo y los elementos atmosféricos . Un pequeño juego visual entre el espectador y los autores en el que se intenta identificar el paisaje vivido como parte de nosotros mismos. La mediterránea como escenografía contribuye a todo ello. Y es que las imágenes realizan un viaje desde el norte de Africa hasta la Vila de Alzira.

En la obra de Ignacio Abalos (Archidona, 1960) agrupada en la serie «Areas de abstracción y realidad», que se vio completa en su exposición de la Societat Coral El Micalet, vinculaba sus fotografías con diferentes tendencias del arte abstracto, en su recorrido visual se podían descubrir ciertos matices que nos recordaban a Mondrian, Tàpies o Rothko. Mientras, la obra de Pere Huerta (Gandia, 1963) gracias a la utilización de la luz rasante tenemos la sensación de estar acariciando la superficie rugosa del muro, y con ella nosotros percibimos el espacio de forma escultórica. El tercero es Agustín Serra (Alzira, 1971) con la libertad de su primera exposición ha buscado la inspiración en los muros de la Vila de Alzira. Encuadres apaisados que recuerdan por la gama de grises a las estampas del grabado y dibujos. Tres formas de observar las paredes, tres disciplinas clásicas de las artes plásticas.

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