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La jornada continua va al cole

Un total de 25 colegios de la comarca solicitan adherirse al programa de horario escolar intensivo tras los buenos resultados obtenidos en el centro Pepita Greus de Alginet y el Lluís Vives de Cullera

La jornada continua va al cole

Los colegios CEIP Pepita Greus de Alginet y CEIP Lluís Vives de Cullera están de moda. Las dos escuelas fueron las primeras de la comarca en apostar por la jornada escolar continua, que concentra todas las clases por la mañana y que entró en vigor el pasado 1 de octubre. Y no solo acertaron, siendo este primer año un verdadero éxito, sino que -además- han estado observadas por numerosos centros de la comarca interesados también en cambiar al horario intensivo. Al final, a 25 de estas escuelas les ha convenido la idea y ya han solicitado a la Conselleria de Educación adherirse -junto a otros 152 centros de Valencia, Alicante y Castellón- a un proyecto en el cual ya participan 315 colegios de toda la Comunitat Valenciana.

En concreto, los centros educativos que han pedido acogerse a la jornada continua, que se extenderá por periodos de tres años renovables, son: el Ausiàs March de Albalat, El Convent y el Rafael Comenge de Alberic, el Ribalta y Virgen del Pilar de Algemesí, el Maestro Emilio Luna y Blasco Ibáñez de Alginet, el Almassaf y El Pontet de Almussafes, el Aborxí, el Ausiàs March, el Blasco Ibáñez, el Gloria Fuertes, y el Pintor Teodoro Andreu de Alzira, el Santa María de Aguas Vivas de la Barraca, el Sant Agustí de Cullera, el Fèlix Olmos de Favara, el Sant Francesc de Borja de Llombai, el CEIP Montroi, el Evaristo Calatayud de Montserrat, el Santa Bárbara de Tous y el Joaquín Muñoz de Turís. Todos ellos han decidido dar el paso motivados, entre otras cosas, por la conciliación del horario escolar con el laboral de los padres, lo que supone también menos desplazamientos para los progenitores. «Antes los padres tenían que recoger a los niños a las 12.30, pero ¿qué trabajador finaliza la jornada a esa hora? Ahora es más fácil para todos. Terminan a las 14 horas, cuando muchos de los padres acaban la jornada o, al menos, paran a comer», explica la tesorera de la asociación de madres y padres del Pepita Greus, Eve Lorite.

Otro de los motivos que ha propiciado esta masiva demanda del cambio de formato horario es la mejora del rendimiento. En este aspecto, desde el Ribalta de Algemesí -uno de los colegios que han solicitado adherirse al proyecto para el próximo curso- ya se explicó que «a medida que avanza la semana se observa como el rendimiento escolar baja por las tardes propiciado por el cansancio del alumnado». Con la jornada intensiva, en cambio, se consigue que los niños rindan por la mañana y empleen la tarde en actividades extraordinarias, y eso les motiva aún más. «Apunté a mi hija para que fuera tres tardes a realizar actividades al colegió y acabó pidiéndome ir toda la semana», asegura Lorite. «Además, antes tenían que realizar las tareas extraescolares a partir de las 18 horas, y ahora pueden realizarlas más pronto y estar más tiempo con la familia», añade.

Interés de otros colegios

El buen funcionamiento de los dos centros pilotos de Alginet y Cullera propició también que algunos padres de alumnos de otros colegios cercanos se interesaran por cómo ha ido este primer curso con la jornada completa. Además, «aquellos padres que en principio eran reacios a cambiar, ahora están encantados», indica el director del colegio alginetense, Bernat Pascual. En el Lluís Vives, no obstante, ocurre algo similar, aunque a algunos padres les gustaría que existiera una oferta más diversa en las actividades programadas.

Desde el Pepita Greus se valoran los cambios realizados de forma muy positiva. «Los alumnos ocupan las horas que se quedan o bien avanzando los deberes o realizando actividades hasta las 5, por lo que los padres pueden venir a recogerlos de igual modo como siempre se ha hecho», explica Pascual. «La diferencia es que ahora los niños pueden pasar esas horas de la tarde divirtiéndose», añade. Para los alumnos que se quedan se ofrece la posibilidad de comer en el comedor del centro. En el caso del colegio cullerense, se tardó un poco a adaptarse al nuevo formato, pero ahora también se valora «muy positivamente el cambio», según dice la directora, Sara Carbonell.

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