Las intensas precipitaciones de los últimos meses han llenado por primera vez desde su puesta en funcionamiento la cantera de Real convertida en depósito de agua y la Comunidad de Regantes la Serreta y l'Escala ha empezado a acumular agua en un segundo vaso de la antigua explotación minera que también espera llenar en los próximos meses si continua el volumen de aportaciones del barranco del Algoder que, pese a la limitación que ha impuesto la Confederación Hidrográfica del Júcar para garantizar que parte de ese caudal también llegue al Magro, está depositando en la cantera 3.500 litros por minuto.

Los cerca de 500 litros por metro cuadrado que el presidente de los regantes, Herminio Jorge, contabiliza en el término de Real desde la tromba de pedrisco del 20 de agosto, también han propiciado la plena recuperación de los tres pozos que tradicionalmente abastecían a los agricultores de esta comunidad de riegos y, tras cuatro años de grave sequía, Jorge se mostró optimista al señalar que «tenemos el agua garantizada para los próximos tres años».

El primer vaso de la cantera tiene acumulados entre 750.000 y 800.000 metros cúbicos y, según las estimaciones de Jorge, con las actuales aportaciones del Barranc del Algoder se podría llenar en tres meses la segunda cantera, acumulando otros 450.000 metros cúbicos. La suma de ambas cantidades cubre las necesidades de riego de un año completo sin tener que recurrir a los pozos, unos acuíferos que garantiza otros dos años de riego, explicó Herminio Jorge.

Esta comunidad de regantes impulsó hace unos años un novedoso proyecto consistente en aprovechar una cantera ya agotada en un terreno totalmente impermeable para acumular agua durante todo el año para poder regar en los meses de verano, ya que la Vall dels Alcalans en una zona con un importante déficit hídrico, y de la forma más barata posible. De hecho, la instalación cuenta con unas plantas fotovoltaicas flotantes para elevar el agua a balsas de distribución y, de este modo, reducir todo lo posible la factura eléctrica. La posibilidad de beneficiarse de esta instalación, que se ha visto ampliada con un segundo vaso, ha propiciado una concentración de las comunidades de regantes de la localidad, un proceso que todavía no se ha completado.

Un «SOS» salvado

El agua acumulada el año pasado ya permitió salvar la última campaña ya que, según explicó Herminio Jorge en la asamblea celebrada tras el verano, sin estas reservas se hubieran dejado de regar entre 3.000 y 4.000 hanegadas de cultivos. No obstante, el presidente lanzó ese mismo día un auténtico «SOS» al señalar que si no llovía o la Vall dels Alcalans recibía agua de otro lugar la agricultura estaba sentenciada a muerte en esta zona de la Ribera Alta.

Tanto el otoño como el invierno han sido generosos en lluvias y, por primera vez desde que entrara en funcionamiento, la primera cantera ha alcanzado la cota máxima de agua pese a que la Confederación Hidrográfica ha obligado a instalar un caudalímetro que únicamente permite la entrada del 30 % del agua que aporta el Barranc del Algoder, mientras que el resto sigue su cuso hacia el Magro.

Herminio Jorge, con todo, no ocultaba su satisfacción al constatar que todo el esfuerzo realizado en los últimos años da sus frutos y permite un máximo aprovechamiento de los recursos hídricos. «El objetivo se cumple, los que estamos enamorados de la tierra estamos todos encantados, el trabajo y las cosas bien hechas salen a relucir», indicó el presidente de la Serreta.