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Los peces invasores se adueñan del Xúquer

Casi la totalidad de los ejemplares que se capturan en el río pertenece a especies que se introdujeron para potenciar la pesca deportiva

Los peces invasores se adueñan del Xúquer

La tradición de pescar con caña en aguas del río Xúquer continúa viva pese a los problemas a los que se enfrenta, entre los que destaca el descenso del número de socios de los clubes, así como el aumento de la pesca furtiva. Sin embargo, diversas localidades como Almussafes, Carcaixent, Fortaleny o Riola conservan sus agrupaciones de pesca, las cuales congregan a socios que abogan por la continuación de dicha práctica y el fomento de esta como una vertiente cultural más del patrimonio autóctono.

Si bien la pesca con caña supuso en épocas anteriores una fuente de autoconsumo para las poblaciones colindantes con la ribera del río Xúquer, en la actualidad este hábito se ha convertido en una mera afición que no solo perdura en varias localidades de la comarca, sino que además cuenta con un alcance mundial que, en ocasiones, pasa desapercibido. Sin embargo, desde el año 2000 la afición ha experimentado una tendencia a la baja que se ha visto agravada con el estallido de la crisis económica. El desinterés y la escasez de rendimiento económico han propiciado que muchas agrupaciones de pescadores reduzcan efectivos. Aquellos clubes que años atrás llegaron a estar formados por centenares de miembros, hoy apenas cuentan con la mitad de asociados.

La situación empeora aún más si se tienen en cuenta los participantes que se inscriben en los concursos organizados por los clubes, puesto que una media de veinte pescadores son los que posibilitan la vigencia de las competiciones pesqueras. Dichas pruebas contaban, tiempo atrás, con hasta cincuenta o sesenta concursantes. Aún así, la Federación de Pesca de la Comunidad Valenciana logra sacar adelante un proyecto que abarca entre tres o cuatro concursos por semana, pese a que dos de ellos son celebrados como referencia, el concurso de pesca con caña de Fortaleny y el de Bellús.

Fortaleny es uno de los emplazamientos preferidos para celebrar este tipo de certámenes. El Xúquer, a su paso por la localidad ribereña, ha acogido torneos autonómicos y nacionales, pero también de carácter internacional. Tras tres horas y media de concurso, los participantes pesan la cantidad de pesca, no el número de piezas. Además, cualquier animal acuático es dado por válido, a excepción de cangrejos, tortugas o similares. Las carpas -que pesan entre 2 y 3 kilos- y los carpines son los que más abundan en el Xúquer. A raíz de la crisis económica se introdujo una nueva modalidad conocida como pesca de cebador, que gasta una cantidad inferior de cebo, a diferencia de la pesca enchufable.

Certámenes internacionales

Los pescadores de la comarca son unos habituales en la Selección Valenciana y en los mundiales y torneos europeos. Un ejemplo es el club de pescadores La Molinà, que fue uno de los seleccionados para participar en una competición internacional hace dos años celebrada en Eslovaquia. «Una vez sales de España la pesca con caña es muy diferente. Nos queda mucho que aprender», asegura el presidente de la entidad, Javier Calatayud. El directivo lamenta el declive que atraviesa este sector tradicional, aunque destaca que La Molinà ha logrado sobrevivir y distinguirse de otros clubes por su centenar de afiliados procedentes de distintos puntos de la provincia, de los cuales veinte participan en concursos.

Por otro lado, los miembros de las agrupaciones se ven obligados a lidiar con varios obstáculos a la hora de desarrollar su actividad como la pesca furtiva. El crecimiento de esta práctica impide que los clubes atrapen tanto pescado como anteriormente. Al haber menos peces, se consigue capturar menos piezas. De hecho, el número de piezas que se pescaba hace 20 años en nada se parece a las actuales. Hoy, los vencedores de los concursos apenas logran sumar algunos kilos de pescado. Además, existe una variedad de pez, conocido como alburno, que frecuenta las desembocaduras de ríos y que perjudica la pesca con caña, puesto que se alimenta de huevos de los peces, impidiendo su reproducción.

No obstante, pese a todas las dificultades, los diferentes colectivos se congregan, como mínimo, una vez al mes para disfrutar de su pasión fluvial. Para ellos pescar rodeados en uno de los paisajes naturales más privilegiados la Ribera, el Xúquer, es todo un privilegio.

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