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El colegio de educación especial de Sueca lleva 3 meses sin una profesora

Los docentes se turnan para cubrir la vacante pese a desconocer la materia del taller que impartía

El colegio de educación especial de Sueca lleva 3 meses sin una profesora

El centro de Educación Especial Miquel Burguera de Sueca lleva cerca de tres meses con una vacante en el profesorado. Una de las maestras tuvo que abandonar el colegio, al ser requerida en otro puesto de trabajo, pero la conselleria de Educación no ha cubierto su plaza durante todo este tiempo, generando todo tipo de problemas tanto a los alumnos como los docentes, que se ven obligados a hacer turnos rotatorios para cubrir el hueco y atender las necesidades de los menores. La AMPA considera que la situación debe subsanarse lo antes posible y, según explica el colectivo, tan solo un tecnicismo evita que se haya realizado la esperada sustitución.

La maestra que se fue daba clases a dos grupos de alumnos con necesidades especiales, abarcando cerca de una veintena de niños en total. Aunque en el pasado se han producido bajas, según afirma las asociación de padres y madres, siempre se han cubierto con celeridad, «rara vez han tardado más de dos o tres días», añade. Pero en esta ocasión, la situación se prolonga ya tres meses, en los que los menores «no se encuentran tan atendidos como deberían estar», reprocha un representante de la AMPA.

Concretamente, la persona del cuerpo docente que se marchó se encargaba de un taller de artes plásticas. Era especialista de Cerámica y Vidrio. Es aquí donde nace el problema a la hora de encontrar un posible sustituto, explica el colectivo, ya que no hay candidatos en la bolsa de empleo específica. Por ese motivo, la asociación insiste en que «la única solución posible pasa por que el interventor autorice que otro profesor, aunque no sea de esa demarcación específica pero sí de características similares, pueda cubrir la vacante».

El centro ha realizado todas las gestiones que estaban en su mano para que Educación reponga la maestra que se fue, pero sin éxito, debido a ese particular tecnicismo que impide la sustitución por otro docente si no pertenece a la misma bolsa. Así pues, el profesorado se encuentra en estos momentos ante la tesitura de tener que atender a los niños por turnos.

Se ha establecido una especie de calendario u organigrama para que, cada día, un profesor esté en el aula con los alumnos de cada uno de los dos grupos, que tienen diez horas semanales, cada uno, de dicha materia. Eso implica que, aunque los menores con características especiales no quedan desatendidos, la labor para los docentes es mayor y no se adecua al programa educativo, ya que se adaptan a ligeras directrices sin conocer de forma concreta la mejor manera de impartir el taller. Por tanto, se trata de un parche, y no de una solución definitiva.

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