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Naturaleza salvaje en el balcón de casa

Los expertos atribuyen los ataques de cernícalos a jaulas domésticas en Alzira a una mayor presencia de estas rapaces en núcleos urbanos para conseguir comida fácil tras ver alterados sus hábitats naturales por el abuso de pesticidas

Naturaleza salvaje en el balcón de casa

El ataque de cernícalos a jaulas con jilgueros, canarios o periquitos en terrazas del casco urbano de Alzira ha evidenciado en las últimas semanas que la presencia de este ave rapaz en el casco urbano no se limita a momentos puntuales de cría durante el verano, en los que se la ha visto anidar en balcones y fachadas. Los testimonios que los últimos ataques han provocado también revelan que la situación no es nueva, aunque se repite ahora con mucha más frecuencia. «Toda la vida he criado canarios y lo he sufrido, antes la aparición de estas aves rapaces que se comen los canarios era más esporádica, pero ahora es más habitual», explica Jesús Cebrián, que asegura que estas aves que algunos afectados denominan «falconets» actúan por territorios, «cogen una zona de caza y no la cambian hasta que no quedan pajaritos en los balcones», señala.

El ambientólogo Toni Rubio, fundador de la empresa La Granja dels Bitxos, se muestra convencido de que se trata de cernícalos, un ave rapaz que se ha adaptado «muchísimo» al medio urbano. Rubio asegura que este tipo de ataques a jaulas domésticas «ha pasado toda la vida» aunque admite que, posiblemente, ahora se ven más cernícalos que antes. Con todo, subraya que en ningún caso se trata de una plaga. El técnico considera que estas rapaces se acercan a los núcleos urbanos en busca de alimento y apunta que el abuso de pesticidas en el campo, «que eliminan o reducen su comida habitual», provoca que busquen el alimento en otra zonas «donde les resulte más o menos sencillo».

«Ellos aprenden a aproximarse cada vez más a las ciudades y alguno puede relacionar las jaulas y el canto de los jilgueros con alimento», explicó el ambientólogo, mientras señalaba que se trata de una especie sobre todo insectívora que también caza «algún ratoncito, escarabajos y, de cuando en cuando, hay una parte de la dieta que son los pajaritos», agregó. Rubio destacó que los cernícalos son depredadores de plagas y que son aves protegidas «y muy útiles», por lo que alertó a aquellos que puedan tener la tentación de poner veneno para acabar con ellos.

«Se han adaptado muchísimo al medio urbano, es fácil que estén por la montaña, pero también hay poblaciones por la huerta, en masías o casas abandonadas, donde anidan. Por el entorno de Alzira es fácil verlos oteando sobre postes de luz», comentó.

La solución para proteger las aves domésticas de estas rapaces, según el técnico, pasa por instalar una doble jaula, es decir, una jaula o una malla que genere una cámara que impida que el cernícalo meta la garra para cazar a jilgueros o canarios.

Se trata del mismo sistema que Jesús Cebrián ha empleado para proteger a sus canarios «cansado» de que estas rapaces se los coman. «La solución es enjaular la jaula con una malla de alambre de 0,5 por 0,5 centímetros» ya que, según relató, resulta muy triste acercarse a la jaula y encontrar sólo la cabeza del canario «porque no pasaba entre los barrotes».

Las golondrinas como víctimas

Cebrián señaló que desde la posición privilegiada que ofrece su ático ha podido ver incluso en diferentes ocasiones que las golondrinas, «que también son de las más afectadas», relató, «actúan en bandadas rodeando y piando fuerte para espantar a esta rapaz de sus nidos».

La alerta de una vecina de la avenida Vicente Vidal a través de una red social tras perder a su tercera mascota en las garras de una de estas rapaces desencadenó días atrás una sucesión de testimonios de vecinos de diferentes barriadas de la ciudad que han sufrido estos mismos ataques tras dejar la jaula con sus mascotas en una terraza. Incluso unos residentes en la plaza de Cartonajes manifestaban haber visto un cernícalo merodeando su terraza en la que habían soltado un pequeño conejo.

En los últimos años se ha detectado en verano, en varias ocasiones, nidos de cernícalos en balcones y fachadas de la ciudad. En uno de ellos localizado en la Plaça de la Generalitat nacieron en julio cuatro polluelos. Ese mismo verano también era habitual la presencia de estas aves en la avenida Luis Suñer y hace algunos años también nacieron varias crías en un nido en la plaza del Reino.

Toni Rubio señaó que la época de cría es en verano y es por tanto cuando más activos están «porque tienen que cazar más de lo habitual». El técnico afirma que aparentemente, no hay una explicación de que estos ataques se hayan podido multiplicar en este época del año más allá de la modificación de sus hábitats naturales de caza.

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