El 21 de enero pero de 1917 moría en Valencia uno de los poetas más importantes de la historia de la literatura autóctona: Francesc Badenes Dalmau. En el centenario del fallecimiento del escritor de Alberic „nacido el 2 de diciembre de 1858„, el consistorio ribereño quiso dedicarle una nueva sección de sus Premis Literaris, lo que fructificó en la victoria de otro literato destacado de la localidad y de las letras valencianas, Josep Lluís Doménech, que trabajó la obra del primero antes de fallecer. El ayuntamiento buscaba dar a conocer, un poco más, la figura de un escritor que el mundo de la investigación considera clave para entender la transición que las letras valencianas vivieron a finales del siglo XIX y principios del XX. También fue un integrante importantísimo en la configuración de València Nova, una organización inspirada en el movimiento político de Solidaritat Catalana, que perseguía superar el provincialismo y que algunos consideran como el origen del valencianismo político. Con todo, Badenes Dalmau fue uno de los personajes más destacados de la Renaixença valenciana junto con Teodor Llorente. Formó parte desde joven de la sociedad Lo Rat Penat pero sus ideas progresistas le llevaron con el tiempo a ingresar en L'Oronella, creada por Constantí Llombart, que mantenía por entonces una confrontación con Llorente.

A nivel literario destacó por una temática romántica y floralesca, con un uso enormemente vivo del lenguaje y una gran capacidad para crear ricos textos que describían a la perfección los paisajes a los que se refería. Es por ello que muchos consideran su lectura una manera de viajar en el tiempo, situándose en los rincones de la Valencia de los siglos XIX y XX. La filología catalana ha encontrado en Badenes Dalmau la influencia de escritores como Maragall o las características de la escuela mallorquina, por lo que se supone del alberiquense un gran lector con influencias de todos los territorios con los que se comparte registro lingüístico. Entre sus libros breves destacan obras como «Flors de Xúquer» (1897), «Rondalles del poble» (1900) y «Cants de la Ribera» (1911). Cuenta además con poemas de más extensión, caso de «El Torbellino» (1881) y «Mariola: llegenda del temps de les Germanies» (1897). Como se observa, se reparten entre las últimas décadas del siglo diecinueve y las primeras del veinte. Estrenó el drama «Honradez y perfidia» en 1884 y trabajó también duramente en la traducción de los volúmenes de Jacint Verdaguer «Idil·lis i cants místics» (1908), «Sant Francesc» (1909) y «Excursions i viatges». Dejó inédito un poema que llevaba por título «Veus de natura». Badenes Dalmau fue uno de los primeros escritores que empezaron por entonces a preocuparse por el origen de la lengua valenciana y configuró, tras sus investigaciones, el libro «Llegendes i tradicions valencines» en 1899. También colaboró activamente en diferentes publicaciones periodísticas, políticas o de difusión científica, caso de «El Poble Valencià», «Vixca València», «Lo Rat Penat» o «Terra Valenciana». Una dilatada trayectoria como escritor que hoy es reconocida pero aún poco conocida.

Homenajes

Badenes Dalmau cuenta con un busto de bronce en los Jardines de Viveros de València, diseñado por el escultor José Esteve Edo. Su biblioteca fue donada por su nieta, Teresa Cebrián Badenes, junto con los cuadros y objetos de valor personal que conservaban el recuerdo del poeta. Es una biblioteca eminentemente literaria que muestra el mundo intelectual y personal del autor. Fue ella misma la que se encargó de editar la antología de su abuelo en 1980. Un libro enormemente complicado de conseguir que el ayuntamiento ha decidido ahora reeditar para dar a conocer a un escritor ribereño clave.