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Alzira retira en apenas tres meses 1.400 bolsones de procesionaria en parques y jardines

El gobierno local sostiene que la vigilancia es «permanente» y que la plaga «está controlada» Un experto cuestiona que los tratamientos se hayan realizado en la época más adecuada

Alzira retira en apenas tres meses 1.400 bolsones de procesionaria en parques y jardines

El ayuntamiento de Alzira ha retirado 1.400 nidos de procesionaria en apenas tres meses. Han aparecido en lugares como el parque de la Alquenència o en la plaza Mayor, donde la pasada semana un perro tuvo que ser llevado al veterinario por haber entrado en contacto con alguna larva. Aunque no es la única localidad en la que esta plaga sigue causando estragos, ya que recientemente municipios como Almussafes o l'Alcúdia, entre otros, han detectado algunos focos en sus términos municipales. Según explicó ayer Ramón Flor, propietario de una empresa dedicada al tratamiento de plagas y experto en la materia, tan solo hay dos motivos que expliquen la irrupción de la procesionaria en estos momentos: «O el tratamiento se ha hecho en la época equivocada o directamente no se ha hecho».

Estas orugas están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas. Para combatir a esta plaga es fundamental conocer su ciclo biológico. Dependiendo de la climatología de cada año, a mediados o finales de verano la mariposa de la procesionaria realiza la puesta de huevos en las acículas de los pinos. Al cabo de un mes nacen las orugas que se agrupan en los característicos bolsones.

Es precisamente a partir de agosto cuando se empiezan a realizar los tratamientos para evitar que las larvas se conviertan en adultas y logren reproducirse, mediante una bacteria que impide el correcto desarrollo de la piel del insecto, lo que termina provocando su muerte. Otros métodos, se basan en el uso de feromonas que seducen a los ejemplares que ya se han convertido en mariposa, atrayéndolos a trampas de las que no pueden escapar. Según Flor, los tratamientos deben realizarse hasta finales de noviembre. «Como muy tarde, en diciembre, podría introducirse un producto químico en el nido que mata a la procesionaria».

El propio experto afirma que, en caso de que los tratamientos no funcionen, la solución pasa por retirar los nidos que aparezcan en los parques y jardines y, posteriormente, quemarlos. Igualmente, señaló que en los últimos años la situación no ha mejorado: «Llevamos dos años muy complicados y si no se actúa de manera preventiva realizando los tratamientos en los plazos adecuados, la situación puede descontrolarse», sentencia Flor.

Por su parte, el gobierno local destaca la labor que se ha realizado en los últimos meses y la complicación que supone la climatología actual: «El ayuntamiento está trabajando contra la plaga de la mejor manera posible, pero las elevadas temperaturas provocan cambios en el propio ciclo de la procesionaria, lo que implica que se regeneren ellas solas; en apenas dos horas puede aparecer un bolsón donde antes no lo había», afirmó el concejal de Servicios Públicos y Gestión Urbanística, Fernando Pascual.

Según Pascual, el consistorio mantiene una actitud de vigilancia permanente en lugares como la plaza Mayor, la Muntanyeta, el parque de la Alquenència o los colegios que albergan pinos en sus alrededores. Igualmente, defiende el tratamiento realizado con la colocación de trampas y feromonas.

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