El informe de la Sindicatura de Comptes sobre la gestión económica del Ayuntamiento de Sueca correspondiente al año 2015 detecta «incidencias básicas que implican una debilidad importante de control interno». Los auditores constatan que ese año «no se llevaba un registro de todos los contratos» y destacan la inexistencia de un plan de inversiones. Cuando se decidía dónde gastar el dinero, según reprende el órgano fiscalizador que no «no se estimaba el coste de su mantenimiento ni su financiación posterior». El análisis de las cuentas otorga al consistorio suecano una valoración de 33.689 puntos, lo que representa el 67,4% de la puntuación máxima posible.
Tras estudiar la fiabilidad de la información económica y financiera municipal, los investigadores admiten que la contabilidad se lleva al día y, en general, de acuerdo con los principios aplicables, «excepto en las cuentas restringidas de recaudación, que no se registran en la contabilidad ni tampoco las amortizaciones de inmobilizado». También echan en falta que no se concilie el inventario con la contabilidad. Y respecto a la política de personal, se reprueba que el complemento de productividad no esté vinculado a un sistema de evaluación por objetivos.
«Arqueología contable»
El análisis elaborado por la Sindicatura recuerda, como ha publicado Levante-EMV durante los últimos años, que el ayuntamiento suecano no presentó en el plazo previsto la Cuenta General correspondiente a los ejercicios de 2013, 2014 y 2015. El control presupuestario es uno de los peor evaluados por los auditores. De hecho el presupuesto de 2015 era el que se venía prorrogando desde 2012. Tan sólo se redactaron en 2010 y 2012, con Joan Baldoví (Compromís) y Salvador Campillo (Gispm), como alcaldes, respectivamente.
El ayuntamiento siempre ha sostenido que le resultaba muy complicado cumplir las nuevas exigencias contables dado que tenía que poner en práctica «una especie de arqueología contable» para encontrar datos fiables de entes que ahora dependen del ayuntamiento que con anterioridad no habían llevado contabilidad. El consistorio suecano se escudaba en la complejidad de una administración local que disponía de diversos organismos autónomos, como la residencia de ancianos, el Consell Agrari y la entidad pública empresarial de aguas, cuya contabilidad no se sujetaba hasta hace muy poco al rigor que se exige a las cuentas públicas.
En 2012, el departamento de Intervención trabajó a marchas forzadas para poner al día la contabilidad de la residencia de ancianos Sant Josep y el ente autónomo agrícola. La contabilidad pendiente de los entes autónomos procedía también de años anteriores a 2006. Se pidió ayuda a la diputación, que jamás llegó, y se pensó en contratar a una empresa para que colaborara en estos menesteres, hecho que tampoco prosperó. Aún así fueron liquidándose los ejercicios de uno y otro organismo, junto a la mercantil municipal Sueca Urbanisme i Gestió SA (Surge) que ya estaba en proceso de liquidación en 2011. Hoy el consistorio ya no figura en el listado que periódicamente publica la sindicatura sobre ayuntamientos que tienen pendientes de entregar sus cuentas.
Pagar tarde
Respecto al pago a proveedores, la auditoría subraya que en los tres primeros trimestres de 2015 se superó el plazo de sesenta días impuesto por la ley que establece medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales. En cuanto a la protección de los bienes municipales, el organismo fiscalizador autonómico señala que «no todos los bienes inmuebles y los derechos reales están inscritos en el Registro de la Propiedad».
Al concluir el año 2015, había doce cuentas de recaudación con saldo cero aunque los saldos en esa fecha sumaban 51.095 euros según la información facilitada a la Sindicatura por los bancos. Además, existía una cuenta que no estaba incluida en el referido arqueo en la que aparecían 13.431 euros.
Los expertos de la Sindicarura de Comptes recomiendan a los gestores del Ayuntamiento de Sueca en el informe, publicado el pasado 20 de enero, que se elaboren manuales para que todas las áreas conozcan sus pautas de funcionamiento y destaca la necesidad de que se registren «los datos económicos de acuerdo a los principios contables aplicables y se ofrezca una información fiable del ayuntamiento.
Al mismo tiempo, se insta a los responsables municipales a «confeccionar un plan de inversiones que sea realista y acorde a la capacidad de ejecución del ayuntamiento». Junto a ello, se reclama que se estime el coste y la financiación del mantenimiento de las inversiones. También insta a aplicar las «modalidades de la función interventora para mejorar el control interno» y puntualiza que la Intervención no ha de participar en la gestión económica del ayuntamiento «para que haya una adecuada segregación de funciones».
