Sociológicamente nada determina a una población en particular para contar entre sus vecinos o vecinas con destacados deportistas en prácticas diferentes. Sin embargo, así pasa. En Sueca, por ejemplo, son unos auténticos referentes en el mundo del billar. Con Raül Cuenca a la cabeza. El billarista se ha convertido ya en un deportista histórico. Cuenta sus campeonatos nacionales por decenas y si jugase a otro deporte (de esos que mueven a masas y paralelamente a millones de euros) estaría en el Olimpo del deporte español.
Con la victoria de este fin de semana en el Campeonato de España de Billar a la Banda celebrado en Paiporta, Raül Cuenca se afianza en la primera posición del ranking nacional, lo que lo anima a preparar con más esperanza si cabe los campeonatos de Europa que se celebrarán del 28 de abril al 7 de mayo en la localidad alemana de Brandeburgo.
La trayectoria de Cuenca a lo largo de la competición fue de menos a más. En la fase de grupos del sábado el suecano se mostró un tanto irregular y según sus palabras «sin sensaciones y con momentos de desconfianza». Ya en cuartos de final se imponía ante el excampeón de España de la modalidad, el catalán Pere Arnau, en un partido tosco y sin ritmo pero no por eso exento de intensidad. En semifinales, Raül Cuenca se enfrentaba a una de las revelaciones del torneo, el jugador local Javier Palazón. Cuenca haría valer su experiencia y se imponía por un marcador de 52-125 en tan sólo nueve entradas, cerrando así el mejor partido en su cuenta particular.
La final estaba servida con los mismos protagonistas de la edición anterior, Joan Espinasa y Raül Cuenca. El jugador catalán, medallista europeo en la modalidad, venía de realizar dos auténticas partidas de nivel en la fase de grupos. La final disputada en Paiporta fue una de las más disputadas de los últimos tiempos. Fue un inicio muy intenso y lleno de determinación el que protagonizó Espinasa, quien con repetidas tacadas abrió una gran diferencia con el jugador suecano, que mostraba, con repetidos errores, su estado de desconfianza y presión para defender el título conseguido en las dos ediciones anteriores. Tanto fue la diferencia que Espinasa puso el marcador hasta en el 94-35 a su favor, en un partido que se disputaba a 125 carambolas. Con el espíritu de lucha que diferencia a Raül Cuenca empezaba una tímida reacción y con un par de tacadas se ponía 116-90 por debajo del marcador. Fue ahí cuando Cuenca puso toda la carne en el asador y con una tacada de 31 ponía contra las cuerdas Espinasa. Con dos entradas muy tácticas cerró el partido renovando así su título.
«Este no ha sido mi mejor campeonato. No he podido preparar como toca la competición y por eso he tenido momentos de dudas. Estoy muy contento de haber podido luchar y ganar a pesar de no poder hacer mi mejor juego. Quiero agradecer muy especialmente a mi mujer, Lorena, el apoyo incondicional que día tras día me ofrece. Dedico este triunfo a mi tío Daniel, hermano de mi padre, que hace sólo dos semanas nos dejó repentinamente tras sufrir un infarto», dijo Cuenca.
