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Calles para el recuerdo

El fotógrafo y fundador de Radio Alzira, Juan Ortega, dará nombre ahora a la calle Héroes de Belchite Blanquina March también entra en el callejero

Calles para el recuerdo archivo a. rovira

n La nueva calle dedicada a Juan Ortega Vicente sustituye a la calle Héroes de Belchite. Fue fundador y primer director de EAJ-54 Radio Alzira, la primera emisora de radiodifusión que tuvo Alzira. Nació en Valencia el jueves 17 de marzo de 1904. Bien joven llegó a la ciudad del Xúquer, donde se integró comenzando a trabajar en 1918, cuando contaba 14 años, en los estudios fotográficos de Saúl Pascual, en la calle Calderón de la Barca, 13, de los que más tarde pasaría a ser el propietario, siendo uno de los mejores artistas en el arte fotográfico de la provincia.

Fundó junto a otros alcireños la Junta Local Fallera, el 29 de enero de 1944. Primero ocupó la vicepresidencia y después la dirección de las fallas infantiles. Pasados algunos años, sería uno de los fundadores de la Hermandad de la Santa Faz del Señor, cofradía perteneciente a la Semana Santa alcireña, en cuyo paso aparece la imagen de la Verónica, reconocida como patrona de los fotógrafos.

El primer emplazamiento de Radio Alzira fue el número 38 de la plaza Emilio Castelar -hoy plaza Mayor-. Allí dieron comienzo las pruebas radiofónicas, que resultaron satisfactorias. Terminada la más incivil de las guerras, Juan Ortega se encontró con unas instalaciones desmanteladas y con escaso material para poner la emisora en funcionamiento, por lo que decidió integrarse en la recién creada Sociedad Española de Radiodifusión, conservando la dirección de la misma e instalándose en el tercer piso del número 51 de la plaza Mayor. En su etapa de director diseñó varios programas para beneficio de los ancianos del Hogar Teresa Jornet, la Casa de Beneficencia y el Hospital Santa Lucía, así como para el Sanatorio Lazareto de Fontilles.

Para Juan Ortega no existieron trabas cuando se trataba de hacer caridad para los necesitados mediante la utilización de las ondas hertzianas. Fue un alcireño de grata memoria que se jubiló a la edad reglamentaria de 65 años, falleciendo en la ciudad que tanto apreció y sirvió, el 2 de julio de 1988, a la edad de 84 años, dejando este gran hombre, pionero de la radio, un imborrable recuerdo.

Familia judía acosada

A esta figura histórica está dedicada una calle de nueva creación. Nació en Valencia en 1473 y falleció en La Llosa de Ranes en 1508. Madre del humanista Lluís Vives. Aunque era hija de judios, se convirtió al cristianismo en 1491, justo un año antes del decreto de expulsión de los judios.

Casada con Luis Vives de Valeriola, un comerciante de la capital, también judio converso. Falleció a consecuencia de la peste en el término de Xátiva, en un balneario existente en las cercanías de La Llosa de Ranes y fue enterrada en Alzira, en el cementerio de Santa Catalina, situado en la actual plaza del Sufragio. Pocos años antes, en 1501, su esposo seguía practicando la religión judaica, por lo que fue detenido por el Santo Oficio, al descubrir una sinagoga clandestina en la casa de Castellana Guions, viuda de su hermano Salvador.

Aunque en este primer proceso consiguió la libertad, fue nuevamente detenido en 1522 y condenado a la hoguera, siéndole confiscados todos sus bienes.

Cumplida la sentencia, en 1524, sus hijas Beatriz y Leonor, reclamaron el derecho de 10.000 sueldos, que su madre, Blanquina March, había aportado al matrimonio en concepto de dote, cantidad que aparecía en el balance de bienes confiscados a su padre. En 1527 ganaron el pleito, recibiendo el primer pago de la devolución. Para evitar la devolución total, el fiscal de la Inquisición, comenzó un proceso contra la memoria y los bienes de Blaquina March, fallecida 20 años antes.

Un año más tarde, el 31 de enero de 1529, el inquisidor Arnaldo Alberti, sentenciaba a Blanquina por haber cometido y perpetuado el crimen de herejía y apostasía, por lo que condenaba su memoria y sus bienes De esta manera, sus restos fueron extraídos de la fosa del cementerio cristiano y quemados públicamente.

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