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Las cooperativas de trabajo crecen un 4 % y emplean ya a más de 1.700 personas

Las once empresas constituidas en la Ribera el último año elevan a 180 las sociedades que operan con esta fórmula jurídica - Los emprendedores destacan la vertiente social y la posibilidad de optar a subvenciones

Las cooperativas de trabajo crecen un 4 % y emplean ya a más de 1.700 personas

Graduada en Ingeniería Geomática y Topografía, la alcireña Angélica Bellver ha empezado a trabajar en este campo a los 26 años tras constituir con otros dos socios, un ingeniero aeroespacial y otro topógrafo con experiencia en la dirección de empresas, una cooperativa de trabajo asociado que ofrece servicios topográficos con drones, que tiene su sede social en Alzira. Innovation Drone Systems es una de las once cooperativas creadas el año pasado en la Ribera, donde el número de empresas del sector creció un 4 % en 2016 y donde la Federación Valenciana de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado (Fevecta) contabiliza ya 180 sociedades con esta figura jurídica que dan trabajo a 1.703 personas, lo que también supone un ligero aumento respecto del año anterior.

La empresa de Bellver, nacida en el área de innovación de la Universitat Politècnica de València, ofrece un servicio que está en auge. También resulta singular la actividad de La Granja dels Bitxos, otra cooperativa creada por emprendedores alcireños que ofrece medios y asesoramiento para proteger o mejorar la biodiversidad en explotaciones agrícolas, zonas forestales o áreas urbanas, además de diseñar medidas correctoras que potencien la fauna auxiliar o fauna amenazada a través de la instalación de cajas nido para determinados tipos de aves, murciélagos o incluso los denominados hoteles de insectos. Por su parte, Mónica Bernal y Eloy Lamadrid han convertido una afición en su profesión a través de la Ferreria de Sabons, una empresa centrada en esta fase inicial en la producción de jabones ecológicos que comercializa con la marca Inuit, una oferta que pretende ampliar con una línea de cosmética ecológica. Son tres ejemplos de emprendedores que han optado por el trabajo asociado, tal vez los más singulares, pero entre las nuevas cooperativas también hay una cafetería, dos despachos de asesoramiento empresarial, una ludoteca, un centro de fisioterapia, viveros, una empresa de confección textil y otra de servicios culturales.

Angélica relata cómo junto a sus socios Antonio Aledo, graduado en Ingeniería Aeroespacial de 24 años, y Gerardo García, topógrafo y Máster en Bussines Administration por la UPV, de 32 años -los tres son pilotos avanzados de drones habilitados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para realizar trabajos comerciales con drones-, estuvo varios meses valorando qué fórmula jurídica se adaptaba mejor a su proyecto empresarial sin contemplar casi la alternativa de la cooperativa «porque no la conocíamos». Fue durante los contactos con la agencia municipal Idea cuando se planteó esta opción y acto seguido se pusieron en contacto con Fevecta. «Tuvimos un par de reuniones y vimos las ventajas respecto de otras formas jurídicas, vimos que para nosotros, como empresa de servicios, era una buena idea», señaló Bellver, mientras señalaba como ventaja principal la posibilidad de optar a ayudas, especialmente cuando se trata de personas jóvenes, que es un sector que la Administración mira con buenos ojos y está intentado potenciar o que se trata de una sociedad en el que la responsabilidad es limitada.

Mónica Bernal, por su parte, destacó que la vertiente social de una cooperativa «cuadraba mucho con nuestra filosofía de empresa» al plantearse el proyecto de Ferreria de Sabons, y que la fórmula jurídica de la cooperativa también resultaba interesante desde el punto de vista fiscal.

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