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Alzira borra 5.500 casas del mapa

El plan urbanístico que impulsa el tripartito es el resultado de las revisiones acumuladas durante once años para adaptarse a una realidad muy cambiante Los PAI de la época del «boom» mutiplicaron las perspectivas de crecimiento residencial, aunque todos desaparecen del futuro ordenamiento

Alzira borra 5.500 casas del mapa

El proceso de revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Alzira arrancó con el «boom» urbanístico hace más de una década, ha sufrido en carne propia los efectos de la crisis que obligó a revisar lo que estaba en revisión, y con la aprobación de la nueva versión preeliminar en el pleno del miércoles se deja por el camino alrededor de 5.500 viviendas proyectadas sobre el papel por diferentes promotores, que hubieran conformado hasta cuatro urbanizaciones, la mayoría de ellas de carácter macro, en el valle de Aigües Vives y la Garrofera.

El nuevo PGOU genera suelo para casi 3.800 viviendas en el entorno de los cascos urbanos de Alzira y la Barraca que proyectan una ciudad con 57.797 habitantes en el horizonte del año 2032, en el hipotético caso de que se llegaran a construir y ocupar todas. Se trata de una expectativa demasiado elevada, según ha reconocido el propio equipo de gobierno, que supera en mucho la que contempla el Plan Hidrológico, que estima que Alzira contará con 45.244 habitantes en 2027. El tripartito, no obstante, ha querido ampliar el abanico de suelo residencial para ofrecer alternativas al sector Tulell y evitar la especulación. Tulell se concebía como la mayor área de expansión de la ciudad cuando se abordó en 2006 el Concierto Previo, el primer paso que en base a la legislación del momento se debía realizar para redactar un nuevo planeamiento. La urbanización está concluida desde hace años, pero el grado de ocupación es ínfimo y queda suelo para construir más viviendas de las que tendrán cabida en todas las futuras áreas residenciales juntas. Con todo, la proyección del nuevo PGOU se sitúa por debajo de otras anteriores. El documento ultimado en 2012 generaba suelo para 7.772 viviendas y el último, de finales de 2013, para casi 6.500.

La revisión que acaba de definir el tripartito es el cuarto documento que el ayuntamiento conforma con una propuesta de ordenación en esta trayectoria de once años y el más moderado en cuando a las perspectivas de crecimiento. No contempla ninguna de las urbanizaciones que se habían proyectado a través de diferentes PAI. La negativa del Gobierno valenciano a permitir ese urbanismo disperso ha dejado por el camino sectores como la Garrofera, que ya se contemplaba en el Concierto Previo de 2006, y en el que se proyectaba un complejo residencial con 3.000 viviendas y un campo de golf sobre una superficie de 1,3 millones de metros cuadrados. El PP llegó a plantear incluso una ampliación de 562.586 m2 que hubiera permitido construir otras 707 viviendas. La ausencia de este sector y la decisión de declarar esta partida rural como suelo no urbanizable de protección agrícola representa la principal novedad del nuevo PGOU respecto de la anterior versión preeliminar presentada en diciembre de 2013 por el PP.

La caída del PAI de Sos

La firme posición de la conselleria ya había obligado a retirar de aquel documento el sector Finca de Sos, que proyectaba en el valle de Aigües Vives una urbanización con 780 viviendas -algunos informe elevaban esta cifra por encima de las mil- y un hotel de lujo junto a un campo de golf. El complejo deportivo llegó a obtener autorización a través de una Declaración de Interés Comunitario (DIC) que estaba condicionada a la posterior aprobación del PAI, que nunca se produjo.

Otros programas urbanísticos presentados en la época del «boom» y que el anterior gobierno ya sacrificó en junio de 2012 en un intento de salvar el PAI de la finca de Sos son los denominados Aigües Vives, que planteaba inicialmente una urbanización con 650 casas en la antigua finca de Bancaixa en la Barraca, y que con posterioridad se redujo a 398, y el denominado Terrer Blanch o Racó del Burró, en el mismo valle, que contemplaba en un primer momento 170 viviendas que posteriormente se ampliaron a 274.

El nuevo PGOU también elimina un pequeña ampliación de la urbanización Sant Bernat, que en base a los datos de 2006, generaba suelo para una veintena de chalés.

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