Que se pierda un partido, que se acabe desesperado por la actuación arbitral y que los locales te agredan, puede hacer lógico que te haga saltar la rabia y que lo pague el vestuario. Pero que se gane el partido, el árbitro haya expulsado a un jugador del otro equipo por una falta en campo contrario cuya sanción no ha de pasar de ahí, pegues una patada en el pecho a un rival en el túnel de vestuarios, rompas un cristal, inundes el vestuario y rompas un váter no entra en ninguna cabeza. Ésa es la realidad del post partido del domingo en el Luis Suñer Picó, no la que cuenta alguien que ni siquiera estuvo en Alzira.
Un partido entre dos buenos equipos que debió acabar con una victoria local o un empate se fue calentando por momentos. El colegiado Rodríguez Rodrigo, debutante en 3ª, no midió con la misma vara a ambos equipos. Las mismas faltas no las sancionaba igual. No expulsó a Primi y sí que lo hizo en el minuto 70 a Álvaro por una simple falta. En el Alzira extraña que solo se haya pitado un un penalti a favor en los últimos 20 partidos o no se juegue en superioridad desde hace mucho. De hecho se reclamó penalti hasta tres veces, por entradas a Quique Soler, Álex Fernández y Mauro.
Cuando el «trencilla» pitó el final del partido, los nervios se desataron y se formó una tángana. El franjiverde Pedro acabó viendo una tarjeta roja por pegar una patada en el pecho a un futbolista azulgrana. También su nombre sale, según un testigo, como el autor de la rotura de un cristal en el vestuario con una bota, aunque hay dudas. Ante esta situación, el directivo Vicent Dolz avisó a la policía para que hiciera acto de presencia y los aficionados locales fueron alertados por la rotura del vidrio. Los futbolistas del Elche siguieron cantando, bailando y haciendo burla del equipo ribereño por lo que un policía les obligó a parar la música para que remitiesen los ánimos exaltados de los aficionados locales. Por si no fuera suficiente, rompieron la canalización de un baño y se inundó el vestuario visitante.
Enfrentamientos verbales
Suponiendo que pudieran ser agredidos, los jugadores del filial ilicitano tardaron en salir al autobús y, cuando se decidieron a hacerlo, se encontraron con algunos pocos aficionados que les increparon pero sobre todo con aplausos irónicos y un aficionado que espetó «cuando juguemos la promoción, me reiré yo de vosotros». Los policías fueron retirándose y el autobús partió hacia la capital del Vinalopó. Los ánimos no desembocaron, afortunadamente, en agresiones fuera del campo. El Alzira no presentará denuncia si el Elx decide pagar los desperfectos (el baño estaba acabado de renovar).
Por otra parte ya se conoce que el Almassora-Alzira se jugará el sábado a las 17 horas en el José Manuel Pesudo, partido que se perderán los azulgrana Álvaro, Prieto y Gomis por sanción.
