La fauna silvestre se ha convertido en otro de los problemas que trae de cabeza a los agricultores de la comarca. Según denuncia el sindicato AVA, los jabalíes y los conejos han pasado a ser un «enemigo» de las cosechas, por lo que demandan que se intensifiquen los controles. Algunos ayuntamientos, en cambio, aunque admiten que la presencia de animales salvajes en áreas de cultivo se ha consolidado, descartan que el problema sea tan alarmante y atribuyen la situación a varios factores, entre los que destacan la sequía y, más recientemente, el incendio de Carcaixent del pasado verano, que acabó con más dos millares de hectáreas que eran el hábitat natural de esos animales.
Al respecto, el concejal de Medio Ambiente de Alzira, Pep Carreres, señala que «el cambio climático y los años consecutivos de sequía provocan que este tipo de animales tengan complicado vivir». Junto a ello, el aumento de los campos abandonanados «también les facilita cobijo y alimento en zonas más cercanas a las personas» y, por último, el incendio del pasado verano «agrava una situación ya de por sí delicada».
Todas estas circunstancias, según Carreres, condicionan la actuación de las administraciones públicas: «Se han hecho cambios en la normativa, se actualizan los convenios con los cazadores para que hagan batidas, pero aunque hay ciertos momentos en los que se registran algunos picos, no se ha detectado una actividad fuera de lo normal», explica Carreres.
En ese sentido, el alcalde de Sumacàrcer, Txema Pelàez, también apunta que la situación tampoco es extraordinaria en las zonas montañosas de su localidad, una de las afectadas por otro incendio, el de Bolbaite. Frente a esa visión, otro munícipe, Paco Salom, primera autoridad de Carcaixent, asegura haber recibido «algunas quejas como consecuencia de los daños provocados por jabalíes en alguna parcela», una situación que considera previsible: «Tras el fuego, muchos animales pierden su hábitat, buscan otro y también tratan de alimentarse; no obstante, hay que ver dicha actividad como algo bueno, ya que eso implica que una gran parte de la fauna sobrevivió al incendio».
Prácticas ágiles y rápidas
Los principales afectados por la incursión de animales salvajes en zonas rurales son los agricultores. De hecho, el colectivo señala que es un problema que padecen desde hace tiempo y al que las administraciones no prestan la atención exigible. «La fauna salvaje hace mucho daño a los cultivos», apunta el vicepresidente segundo de AVA, Bernardo Ferrer, que añade: «Los jabalíes y los conejos llegan a las parcelas y lo muerden todo, provocan desperfectos en troncos, ramas, raíces o frutos, algunos conejos incluso trepan a los árboles y comen lo que puede, es algo habitual en cítricos y olivos; pero es un tema que las administraciones tienen en el olvido».
Ferrer arremete contra los ayuntamientos y reclama una mayor intervención: «Los agricultores lo hemos denunciado, pedimos prácticas ágiles y rápidas, aunque los ayuntamientos prefieren no hacer nada y se escudan en que el término es muy grande, aunque sus recursos se adecuan al tamaño del municipio».
