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Semana Santa

Los costaleros cogen el paso

Cada vez son más las cofradías alcireñas que apuestan por llevar a hombros sus pasos procesionales

Imágenes religiosas anteriores a la Guerra Civil. archivo municipal

La Semana Santa avanza con paso firme en Alzira. Tras días de traslados y de trabajo para culminar los doseles, las figuras religiosas que representan la Pasión de Jesucristo aguardan a la espera de uno de los actos más esperados: la procesión del Santo Entierro, que tendrá lugar en la tarde de mañana viernes. Es entonces cuando el protagonismo se traslada a un nutrido grupo de personas que aporta a la festividad un toque especial. Los costaleros cargarán a hombros las figuras y recorrerán la ciudad en un recorrido trazado desde el Puente de Hierro hasta la parroquia de Nuestra Señora del Lluch.

Aunque una buena parte de las cofradías se decantan por vehículos que transportan las escenas bíblicas durante la procesión, en los últimos años la figura del costalero ha resurgido con fuerza y el número de hermandades que apuestan por llevar a hombros las suyas crece exponencialmente.

La procesión ha variado con el paso de los años. Antes de la Guerra Civil, las cofradías alcireñas llevaban siempre a hombros los distintos episodios de la Pasión. No obstante, no existían tantas como ahora. La Oración en el Huerto, el Ecce Homo, la Virgen de la Soledad, la Virgen de los Dolores, el Descendimiento, el Cristo en la Columna, el Santo Sepulcro, la Cruz o el Nazareno ya desfilaban por las calles de la capital de la Ribera Alta. Con el alzamiento militar y la Guerra Civil, se perdieron una buena parte de las imágenes religiosas, en su mayoría quemadas.

Recuperación

Cuando se retomó la actividad durante la posguerra se continuó con la tradición de llevar las figuras a hombros, pero con el paso del tiempo empezaron a aparecer carros y vehículos que facilitaban a las cofradías los traslados y la procesión.

Con la excepción del Cristo de la Agonía, el resto de pasos procesionales acabaron sobre carros. Un factor a tener en cuenta es el gran volumen de las escenas, que concentran grandes ornamentos y muchos personajes, como es el caso de la Santa Cena. Pese a todo, allá por el año 2000, el Devallament y otras cofradías intentaron recuperar la costumbre perdida y, hoy en día, el Nazareno, la Dolorosa o el Santo Sepulcro salen a hombros. Aunque, cabe destacar que implicar a más hermandades sería complejo, ya que en algunos casos supondría contar con cerca de un centenar de personas dispuestas a cargar a hombros con las pesadas composiciones. Pese a todo, los que lo hacen contribuyen a dotar a la Semana Santa de Alzira de un reclamo más, que la convierten en una festividad singular y atractiva para el visitante.

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