Quizá el secreto sea el inigualable «caramull» o puede que la clave se reduzca al cumplimiento casi religioso de la tradición pero el hecho es que los días de Pascua están asociados a Alberic y a sus panquemados (más conocidos como «monas» en la localidad ribereña). En los días que se enmarcan entre el Domingo de Ramos y el final de las fiestas pascueras, los hornos del municipio venden miles de panquemados. Lo hacen durante todo el año pero en Pascua se vive una auténtica locura de ventas. Algunos hablan de cantidades que se pueden situar por encima de los 50.000 ejemplares, además de venderse también otros productos como

Desde primeras horas de la mañana los horneros del municipio se arremangan para producir los miles de panquemados que se dispensan a visitantes de todos los rincones del territorio valenciano y también de algunos pueblos de comunidades autónomas aledañas. Y es que son días en los que la tradición de «regolar la mona» después de la comida en familia se impone como una práctica necesaria para sentirse completo.

Alberic es considerado (y así se hace constar en una de las entradas al municipio) como la Cuna del Panquemado y, para potenciar más aún si cabe dicha capitalidad gastronómica, el ayuntamiento creó hace unos años la «Ruta de la Mona», un circuito urbano por la localidad mediante el cual se pueden visitar los nueve hornos especializados en la creación del selecto producto. Desde el Forn El Campanero puede uno pasear por la principal avenida de la localidad (Ramón y Cajal) hasta encontrarse con el Forn Germans Durá, situado en la calle Sant Antoni a escasos pasos de Forn Miguelín. Cerca de la plaza donde se enclava la casa consistorial se erige el Forn Mínguez, mientras en las callejuelas de ese centro histórico también desarrollan su actividad el Forn de Sant Roc y el Forn de Ximo. Más alejados se encuentran también el Forn Moscardó Salom, el Forn El Salero y el Forn Regina.

En conjunto, un colectivo de hornos especializados que ofrecen un suculento paseo del que es prácticamente imposible salir sin degustar el manjar valenciano por excelencia en la Semana Santa y la Pascua.