Los últimos trabajos de investigación realizados en el Castellet de Turís (siglo XI) han permitido constatar que una de las paredes de la torre se desplomó como consecuencia de un ataque sufrido por la fortaleza en el siglo XIII o de algún incendio y fue reconstruida con una técnica diferente a la empleada en los otros tres muros y con una altura menor. Los arqueólogos han encontrado trazas de ceniza en la tierra reutilizada para levantar la pared y la prueba de Carbono 14 ha permitido datar esta reconstrucción sobre el año 1230, según ha explicado el arqueólogo José Tierno, miembro del equipo científico que ha trabajado en una quinta fase de las obras de consolidación del castillo árabe de Turís.
Tierno detalló que mientras tres de los muros son de tapial de piedra, el cuarto es de tapial de tierra y es en éste donde aparecen los restos de ceniza y carbón derivados de algún incendio. «La época en que se reconstruye es la de los almohades, que construyen de forma diferente y utilizan la tierra quemada», explicó el técnico, que también aclaró que no se han encontrado restos de proyectiles u otros elementos que permitan concluir que la caída del muro fue provocada por algún ataque al castillo, por lo que otra opción que se contempla es que se tratara de un incendio fortuito.
Los expertos sí han podido determinar que la torre tenía un forjado intermedio de madera ya que, en base al material encontrado, «no tenemos indicios de que fuera de obra», explicó el arqueólogo, pero no han encontrado elementos para confirmar la hipótesis que barajan de que contaba con dos bóvedas en la cubierta. «Como ha habido expolios no hay suficiente material como para decir si tenía dos, es sólo una hipótesis, con la planimetría posiblemente se vea mejor y se pueda determinar», comentó.
Esta nueva campaña realizada por un equipo científico formado por Tierno, Enrique Dies, el arquitecto Salvador Gil y el también arqueólogo y catedrático de la Universitat de València José Luis Jiménez ha servido además para delimitar la zona residencial del castillo y acabar la cubierta de la cocina o pastador, lo que permitirá utilizar esta dependencia para guardar material, y también se podrá volver a utilizar la cisterna existente bajo la cocina ya que se ha habilitado una canalización para poder llenarla con agua de lluvia lo que, de cara a futuras intervenciones, evitará las molestias de tener que subir agua hasta el castillo. Se da la circunstancia de que estudios anteriores ya permitieron atribuir a través de un grafiti la construcción de la cisterna a musulmanes de la alquería de Turís, recordó José Tierno.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Turís ha solicitado una nueva subvención a la Diputació de València por importe de casi 68.000 euros, con el compromiso de complementarla con otros 17.000 euros de fondos municipales, con la intención de consolidar todas las paredes del torreón, según ha explicado el alcalde de la localidad, Eugeni Fortaña, que pretende que el castillo se convierta en un punto de referencia desde el punto de vista patrimonial y que se puedan organizar visitas.
«Como arqueólogos y comité científico nos gustaría que cuando una persona visitara el castillo lo supiera entender», comentó el técnico, mientra señalaba que lo más importante en este proceso pasa por rehabilitar la torre mientras que, de cara a futuras campañas, se debería actuar sobre la muralla Este que recae hacia el casco urbano de Turís.
Tierno recordó que existe documentación que da cuenta de la presencia en el castillo de unas importantes bodegas y almacenes aunque se localizarían en zonas que todavía no se han excavado.
