Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cambio climático se estudia en frío

La investigadora Pau Cortés regresa tres meses a la Antártida con una beca del CSIC para realizar su tesis doctoral

Pau Cortés ante un iceberg. levante-emv

La joven investigadora valenciana Pau Cortés ha pasado tres meses inmersa en un estudio sobre el cambio climático y sus efectos sobre el ecosistema. Una labor que, gracias a una beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), le ha permitido desarrollar su tesis doctoral sobre dicho proceso y le ha otorgado la posibilidad de viajar desde la India por el océano Índico hasta llegar a su destino: la Antártida.

Licenciada en Ciencias del Mar por la Universidad de Gran Canaria y con un Máster en Biotecnología Molecular por la Universitat de Barcelona, esta investigadora originaria de Alginet tuvo la oportunidad de involucrarse en un proyecto de tales dimensiones al dar comienzo sus estudios de doctorado. Cortés, quien obtuvo una beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para realizar el doctorado, forma parte del grupo de investigación del Institut de Ciències del Mar (ICM), que ha supuesto un trampolín para llegar hasta las diversas campañas que ha realizado en el continente antártico.

La joven de Alginet emprendió en enero del 2015 su primer viaje hacia el continente glacial con un proyecto propio del ICM, que tuvo una duración de treinta y cinco días. La posibilidad de realizar estas campañas ha sido en parte gracias al director de tesis doctoral Rafael Simó, a quien Cortés agradece la propuesta de sumergirse en el estudio.

El objetivo de dicho viaje fue la investigación de los compuestos orgánicos volátiles en el mar, por lo que se requería de un ecosistema alejado de la influencia de los seres humanos. «El hecho de que sea la Antártida es porque corresponde a la parte del océano que está menos afectada por la mano del hombre y nosotros buscábamos los efectos naturales sobre estos compuestos marítimos», afirma la investigadora Pau Cortés.

No obstante, el proyecto de investigación no quedó ahí. Dos años más tarde, y junto el mismo equipo de trabajo, se llevó a cabo una segunda campaña que dio comienzo en la India por el océano Índico hasta llegar a la Antártida. Para ello, se estableció una duración de tres meses, en las que Cortés pudo formar parte de un proyecto internacional -financiado en gran medida por el Gobierno indio- y colaborar con el resto de investigadores reunidos para la ocasión.

La joven valenciana valora de forma positiva la oportunidad de abarcar una mayor cantidad de datos con los que poder comparar los obtenidos con anterioridad. El estudio de los compuestos marítimos resultó más completo entonces. Por ello, la importancia de dicho proyecto residía tanto en las grandes dimensiones del estudio como en comprobar cómo afectan estos compuestos al cambio climático, en concreto los que se originan de forma natural en el océano. Resultados en los que hoy trabaja la investigadora de Alginet.

Aun así, y después de tres meses de investigación en el continente más gélido del planeta, Cortés cuenta con un punto de vista más profundo respecto al cambio climático. La joven no tiene duda: está pasando. «Nosotros intentamos hacer proyecciones sobre las pequeñas incertezas de aquello que pasará con el cambio climático; pero no se puede negar que el efecto humano se nota», argumenta Cortés.

Una vida centrada en la ciencia

Así pues, la campaña estaba divida en el proyecto de isla y el de océano. Este último fue en el que se incorporó Cortés junto a tres estudiantes más de doctorado.

Laboratorios, estudios de datos y reuniones han sido el día a día de esta joven durante tres meses, quien describe su rutina como una vida centrada en la ciencia. De esta forma, ha podido comprobar la desigualdad de financiación existente entre diferentes países en el ámbito de la ciencia. «No todos los países, pero sí en muchos la financiación es mayor porque se apuesta más por la investigación científica», afirma.

Pese a esto, se muestra optimista con los datos conseguidos y ya trabaja con la obtención de los resultados. Tanto es así que tiene la mirada puesta en un proyecto planificado para 2018 en la isla de Moorea, donde pretende continuar con su estudio en aguas tropicales. Una investigación que, tras finalizar su doctorado, le ha abierto la puerta a continuar en esta dirección para los próximos años.

Compartir el artículo

stats