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El alcalde más joven de la comarca quiere modernizar la política desde Catadau

Héctor Roig (Compromís), de 25 años, toma el relevo del socialista Bono al frente del ayuntamiento en base al pacto para gobernar en coalición

Héctor Roig, ayer, tras recibir la vara de mando de manos de su antecesor, Manolo Bono. v. m. pastor

Héctor Roig se convirtió ayer a sus 25 años en el alcalde más joven de la Ribera. Los votos de los tres concejales de Compromís, formación que lideró en las pasadas elecciones municipales, y los tres del PSOE, sus socios de gobierno, le invistieron como nuevo alcalde de Catadau en virtud del pacto alcanzado por la izquierda a principios de legislatura para gobernar en coalición y compartir la alcaldía. El socialista Manolo Bono formalizó el lunes su renuncia para propiciar el relevo.

Una amplia representación de cargos públicos de Compromís encabezada por el diputado nacional Joan Baldoví; la vicepresidenta de la diputación, Maria Josep Amigó, y alcaldes de municipios de la Ribera arroparon al joven político en la sesión de investidura. Héctor Roig explicó a Levante-EMV que salvo el área de Personal, que es competencia directa de alcaldía, los miembros del equipo de gobierno mantendrán las delegaciones que ostentaban hasta ahora -en su caso Participación Ciudadana, Transparencia, Igualdad y Cultura- y señaló como algunos de sus objetivos para esta segunda mitad del mandato tratar de revalorizar todo el patrimonio cultural de la localidad y modernizar el municipio tanto a través de la administración electrónica en el ayuntamiento como «en las prácticas democráticas».

Roig comentó que el pacto de gobierno ha funcionado bien en estos primeros dos años que, según dijo, para él han supuesto «un aprendizaje continuo, diario», después de que el proceso de renovación que experimentó el colectivo de Compromís en Catadau le situara al frente de la lista en las municipales de mayo de 2015.

El nuevo alcalde definió de cara al futuro tres líneas básicas de actuación. Por una parte, «coordinar mejor» las políticas que se ejecutan desde el ayuntamiento con el objetivo de «hacerlo con más democracia», dijo; «poner en valor el patrimonio cultural que tenemos», y en este sentido abogó por proteger tanto bienes muebles como inmuebles y tradiciones y, en tercer lugar, mostró la voluntad de «modernizar el pueblo a través de la administración electrónica y en las prácticas democráticas» de forma que la población «se acostumbre a tener políticos transparentes, que haya una nueva cultura» más allá de portales de transparencia regulados por la ley.

En materia cultural, el nuevo alcalde mostró su intención de recabar ayudas para restaurar la Casa Tavio, un edificio del siglo XVIII que el ayuntamiento adquirió en el anterior mandato, con el objetivo de crear un centro cultural en el que se puedan organizar talleres, exposiciones y mostrar el material etnológico de los fondos municipales. También comentó que el ayuntamiento pretende lograr la declaración de la «baixà» de Santa Bárbara, el acto central de las fiestas, como Fiesta de Interés Turístico Provincial.

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