El mundo de la economía se gestiona en función de las expectativas futuras. Y en Alzira, el día de mañana se vislumbra de forma positiva. Es por ello que el ayuntamiento que dirige Diego Gómez prevé una nueva bajada del IBI, que se sumará a los dos descensos experimentados en los últimos años y que permiten a los vecinos y vecinas disfrutar de una menor carga tributaria. Gómez ha solicitado a la Dirección General del Catastro la rebaja del valor catastral de los inmuebles que, en caso de salir adelante (no hay en un principio problema alguno para que no lo haga) entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2018. Gómez adujo ayer que la nueva rebaja responde al interés del ejecutivo local por reducir los tributos que paga la ciudadanía. «Es una prioridad para el equipo de gobierno», dijo.

El regidor de Economía y Hacienda, Albert Furió, ha sido el encargado de mantener varias reuniones con el director de la gerencia regional del catastro para acogerse a la rebaja del 4% de los valores catastrales, cifra máxima autorizada por este organismo para 2018.

«Esta medida se suma a las políticas emprendidas por el actual equipo de gobierno iniciadas en 2015 para reducir los tributos a los alcireños y alcireñas», argumentó Albert Furió. Al contrario de lo que pasó en el periodo de 2005 a 2015 «cuando la contribución urbana aumentó un 10% anualmente, de forma que en sólo 10 años los pagos de la contribución subieron un 100%», arguyó. «Esta medida beneficiará a toda la ciudadanía puesto que afectará a la rebaja del IBI, las plusvalías y otros tributos de carácter autonómico y estatal», finalizó Furió.