Intervenir en el barrio de l'Alquerieta para reconducir la degradación de la zona, ha sido un objetivo compartido por los sucesivos gobiernos de Alzira y los vecinos del barrio. La acción se plantea en diferentes esferas: la social, la económica y la urbanística. El ejecutivo que encabezaba Elena Bastidas lanzó en 2013 el Pla d'Alzira Social. Aquello le valió el sobrenombre de «alcaldesa roja del PP». Alcanzó notoriedad nacional y numerosas críticas de la oposición (que ahora dirige el consistorio). Los populares plantearon expropiar 50 inmuebles a los bancos para después alquilarlos a familias desahuciadas por 50 euros tras un proceso de reforma. Hubo quien aludió a Robin Hood o Curro Jiménez para definir aquello. El programa iba acompañado de un plan de empleo que preveía 40 contrataciones para realizar la rehabilitación de las viviendas. Al final, como en ocasiones anteriores, el plan dejó más ruido que nueces.