El mercado inmobiliario arrancó el año en la Ribera con las mismas buenas sensaciones con que despidió el anterior. Las 707 transacciones que contabiliza el Ministerio de Fomento entre enero y marzo en la comarca, según la última estadística publicada, representan el mejor registro de los últimos siete años en este primer cuarto de ejercicio. Hay que remontarse hasta el año 2010 para encontrar un dato más favorable y entonces se contabilizaron 750 operaciones inmobiliarias. La cifra es un 15 % superior a la registrada el año anterior en este mismo período y duplica ampliamente las estadísticas del primer trimestre de 2013, cuando se tocó fondo con apenas 315 compraventas.
Por otra parte, este registro es ligeramente inferior, casi un 5 %, al que se contabilizó entre octubre y diciembre, si bien hay que tener en cuenta que el mercado inmobiliario se reactiva de forma cíclica en el último trimestre -se formalizan operaciones siguiendo estrategias de inversión o fiscales antes del cierre del ejercicio- y suele arrojar las mejores cifras del año en muchas ocasiones, por lo que los datos parecen reflejar una cierta estabilidad. De hecho, hay localidades que logran en este período el mejor dato del último año. Es el caso de l'Alcúdia con 26 transacciones, Guadassuar y Polinyà con diez o Riola con seis.
Cabe recordar que las 743 operaciones firmadas el trimestre anterior completaron el mejor año para el mercado de la vivienda desde 2010 ya que elevaron a 2.721 el número de operaciones formalizadas en 2016. El nuevo año arranca con la misma tendencia que apunta hacia una recuperación, aunque también con las mismas rémoras ya que la mayoría de operaciones se centra en el mercado de segunda mano, con un 94,5 % de las transacciones, 668 en total, mientras que la compraventa de viviendas de obra nueva continúa bajo mínimos con apenas 39 operaciones en tres meses en los 47 municipios de la Ribera.
Se da la circunstancia de que en 29 localidades todas las operaciones formalizadas corresponden a viviendas de segunda mano -hay que tener en cuenta que en ocho pequeñas localidades no se registra en todo el trimestre ni una sola transacción-, mientras que en el resto de ciudades se registran compraventas de obra nueva con cuentagotas. Alzira y Sueca se podrían considerar una excepción ya que 80 de los 88 y 89 inmuebles transmitidos respectivamente, corresponden a este sector de mercado, mientras que en el resto de ciudades que registran una mayor actividad inmobiliaria el porcentaje es incluso superior.
Especialmente llamativo es el caso de Cullera, el municipio que desde hace tiempo registra el mayor número de operaciones y que, dada su condición de municipio turístico, tiene una amplia oferta de segundas residencias que animan el mercado de la vivienda usada. Las estadísticas del primer trimestre revelan que 154 de las 155 operaciones formalizadas tienen por objeto pisos o casas de segunda mano. También en Algemesí se produce en un hecho similar, con 52 operaciones con vivienda usada de las 53 formalizadas en el primer trimestre, mientras que en Carcaixent son 33 de las 36 que contabiliza el Ministerio de Fomento en el último informe publicado.
Por otra parte, la actividad del mercado se centra también mayoritariamente en la vivienda de renta libre mientras que apenas hay operaciones con viviendas protegidas. Apenas un 3 % de las 707 transacciones contabilizadas en el primer trimestre del año tenían por objeto vivienda de protección pública.
