El juzgado de instrucción número 3 de Alzira ha decretado el sobreseimiento de la causa abierta a raíz de la denuncia interpuesta por una mujer en Bulgaria que alertaba de que su hija estaba retenida en una ciudad de la Ribera contra su voluntad y que podría estar siendo obligada a ejercer la prostitución. Las fuerzas de seguridad localizaron a la joven, que había abandonado su país al cumplir la mayoría de edad para reunirse con su novio, y llegaron a detener en un primer momento a los tres ocupantes del piso en el que residía la chica, su novio, un hermano de éste y su pareja, aunque el procedimiento sólo se dirigió contra los dos varones.

La magistrada considera que en las actuaciones practicadas no se ha podido acreditar la perpetración de los delitos de detención ilegal y prostitución coactiva que dieron lugar a la causa, ni los hechos expuestos en la denuncia, ya que la joven se acogió en el juzgado a su derecho a no declarar contra su pareja mientras que la tercera ocupante del piso, que fue citada como testigo, hizo lo mismo. El juzgado decretó el sobreseimiento y anuló las medidas cautelares impuestas.

La joven liberada por la policía al recibir la denuncia de un presunto secuestro declaró en un primer momento ante las fuerzas de seguridad que su pareja -que le había pagado el viaje a España- le había manifestado su intención de que ejerciera la prostitución y que tanto él como las otras dos personas que vivían en el piso le prohibían salir de casa sola. La chica también manifestó a los agentes que su novio le había pegado y que le tenía miedo. Ya en el juzgado, se negó a declarar y ratificar la acusación. Es más, negó que tuviera miedo a su pareja y expresó su deseo de regresar a su país.

El acusado, por su parte, rechazó todas las acusaciones en el juzgado, que le dejó en libertad provisional sin fianza pese a la gravedad de las mismas, con la obligación de comparecer dos veces al mes y dictó una orden de alejamiento. El presunto agresor negó que hubiera propuesto a su pareja ejercer la prostitución, dijo que nunca le había amenazado con hacerle daño ni pegado y aseguró que la chica tenía incluso su propia llave para salir de la vivienda y regresar cuando quisiera. De hecho, reveló que ambos habían pensado marcharse en mayo a Bulgaria para casarse.

El auto judicial considera que no queda debidamente justifica la perpetración delito y archiva la causa.