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Fauna salvaje

"Si nadie lo remedia, los jabalíes acabarán matándome los naranjos"

La fauna salvaje coloniza también la zona de huerta de Alzira y provoca daños en los cultivos

"Si nadie lo remedia, los jabalíes acabarán matándome los naranjos"

La población de jabalíes en el entorno de Alzira sigue en aumento y los daños que estos animales salvajes provocan ya no afectan sólo a los campos más próximos a las montañas, donde habitualmente se refugiaban. Su presencia se ha generalizado en la zona de huerta y no es difícil encontrar parcelas con tramos literalmente roturados por la acción de los cerdos salvajes en busca de alimento.

«Me van a acabar matando los naranjos», comenta Emilia Sifre, propietaria de un campo en la partida Mulata que de forma repetida recibe la visita de estos animales. «Yo pensaba que podían venir del río Verde, que está cerca, o de un campo perdido que tenemos al lado y que les puede servir de refugio, pero en otro campo en l'Alteró de Mulata que está lejos del río y ni hay río, ni barrancos, ni campos abandonados, pasa lo mismo, no me lo explico», comenta Sifre, mientras señala que la Administración debería incentivar de algún modo la caza del jabalí para controlar esta plaga con el objetivo de evitar el daño que está provocando en los cultivos.

Esta agricultora afirma que el año pasado ya detectó la acción de los jabalíes en sus parcelas, pero no duda en señalar que en los últimos meses se ha multiplicado. «Este año es la caraba», comenta, mientras señala con la mano una sucesión de árboles con todos los bajos roturados. Con todo, advierte de que la afección no es igual en todos los cultivos y apunta que, en principio, no parece que entren en los campos de caquis.

En su caso, con campos de naranjos, los jabalíes remueven toda la tierra en torno a los árboles hasta dejar en algunos casos las raíces al aire. «Si no los matan, igual dejan el árbol para que lo tengamos que serrar o bien los naranjos afectados dejarán de producir por el daño que sufren», comenta la propietaria del campo, que también advierte de que los jabalíes han llegado a romper gomas del sistema de riego por goteo con la consiguiente pérdida de agua hasta que se localiza.

Su nieto Rafa, que le ayuda en las labores agrícolas, apunta a la presencia de parcelas abandonadas como una de las causas que justificaría la proliferación de jabalíes por esta zona de huerta, muy alejada de la montaña.

Tanto Emilia como Rafa explican que si bien han consultado la posibilidad de utilizar repelentes para evitar la acción de los jabalíes en el campo, los técnicos señalan que no se trata de una medida efectiva, por lo que considera que la organización de batidas podría dar un mejor resultado.

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