Alzira se volcó con las personas refugiadas a través de un concierto que tenía entre sus objetivos agitar conciencias y mostrar su apoyo a aquellos que huyen de su hogar a causa de las guerras al mismo tiempo que se evocaba a los asistentes sensaciones como la de estar en una patera.

El evento, celebrado el pasado fin de semana en el parque de la Alquenència, reunió a los pequeños duendes del violín del Art Espai de Música de Alzira, la guitarra del cantautor Néstor Mont, que cuenta con treinta años de carrera, y la energía senegalesa de Jady Seck.

Primero se leyó el manifiesto, en el que se reclamaron cinco medidas urgentes para desbloquear la situación de las personas migrantes y refugiadas como habilitar vías legales y seguras y poner fin a las devoluciones ilegales en la frontera sur.

Una actriz alcireña dramatizó los versos de Home, de la poetisa somalí Warsan Shire, en el que se dicho aquello de «Nadie abandona su hogar, a menos que su hogar sea la boca de un tiburón». Al finalizar, se realizó un ágape con platos de diferentes culturas.