Salarios bajos, jornadas interminables y escasa capacidad para conciliar el trabajo y la vida personal son, de por sí, un cóctel dicícil de digerir que se enmarca dentro de la llamada precariedad laboral. No obstante, en muchas ocasiones la seguridad queda en un plano secundario hasta que un accidente acaba con la vida de una persona. Hace unos días fallecía en Alzira un hombre fruto de un accidente laboral, lo que supone el quinto deceso de este tipo en cinco años. Ante tal escenario, los sindicatos exigen medidas para frenar los incidentes que ocurren durante el desempeño de un trabajo.
Tanto el secretario comarcal de CCOO, Josep Antoni Carrascosa, como su homólogo de UGT, Raül Roselló coinciden en que, desde la llegada de la crisis, la prevención de riesgos laborales ha estado «oculta en el discurso de las autoridades», precisa Roselló. Durante los últimos años se ha hablado de las dificultades que tiene una gran parte de la población para llegar a final de mes, de que los salarios no aumentaban al mismo ritmo que lo hacían los productos y servicios. No obstante, Carrascosa incide en que la precariedad laboral «no son solo los salarios bajos, también afecta a los accidentes en el trabajo». El llamamiento de ambos es unánime: «Hace falta una mayor inversión».
Varios meses atrás, Roselló puso de manifiesto que, según las estimaciones de UGT, alrededor de unas 3.700 personas al año sufren algún tipo de accidente mientras realizan la labor diaria en sus respectivos lugares de trabajo en la comarca. «Es una responsabilidad de todos volver a situar este problema en la agenda política, el Gobierno tiene que sensibilizarse y realizar campañas dirigidas a las empresas ya que, de momento, no se asignan los recursos suficiente ni existe la voluntad política para hacer frente a esta dura situación», lamenta Roselló. El líder comarcal de UGT también añade que, en estos momentos, «el mercado laboral requiere nuevas estrategias de prevención que se adapten a una realidad en la que hay entradas y salidas masivas de trabajadores, ya que muchos están dos meses y se van, entonces las herramientas de las que se disponen ya no valen».
Ocultación
Carrascosa, por su parte, afea las actitudes que se realizan en algunas empresas, aunque defiende que en muchos casos carecen de las herramientas adecuadas: «Los riesgos laborales tienen que estar siempre en el punto de mira, a veces se piensa que con crear protocolos y realizar planes de prevención está todo hecho, el personal se relaja y es cuando ocurren las imprudencias. Hay veces que las empresas ocultan los accidentes para que no figuren en los expedientes, aunque la mayoría no tiene recursos suficientes como para poner en marcha mecanismos efectivos». Finalmente, el secretario de CCOO incide en que, pese al trabajo que se lleva a cabo en las centrales sindicales y por parte de los propios trabajadores, «todavía queda mucho camino por hacer», ante lo que subraya: «Se trata de criticar de manera constructiva, ya que los errores humanos y técnicos siempre existirán».
