Los alcaldes y concejales de los municipios ribereños de Alfarp, Llombai, Benimodo, l'Alcúdia, Guadassuar y Carlet se reunieron esta semana para aunar esfuerzos a la hora de actuar de manera coordinada para mejorar el estado del río Magro. Los seis consistorios impulsaron la creación de una mesa que se constituye como una herramienta supramunicipal y que tendrá el objetivo de recuperar el afluente del Xúquer. Además, la mesa cuenta con el apoyo de otros ayuntamientos como el de Catadau o Algemesí, que se sumarán más adelante, y pretende incorporar más actores interesados en la mejora de este ecosistema -que forma parte del territorio ribereño- a medida que se lleven a cabo la diferentes acciones de recuperación que se van a programar.

En esta primera mesa celebrada se presentaron algunas de las acciones que se están desarrollando en diferentes localidad para establecer una hoja de ruta que, de manera coordinada, posibilite que el río mejore. En este aspecto, cabe recordar que la responsabilidad del río es competencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), pero eso no quita que desde los ayuntamientos y desde la propia ciudadanía se puedan realizar diferentes actuaciones que ayuden a garantizar el buen estado y funcionamiento del afluente.

Labores de limpieza

Una de las acciones que se plantearon fue la posibilidad de realizar trabajos de limpieza y de eliminación de residuos de los márgenes del río a su paso por las localidades participantes. En este sentido, cabe recordar que la Fundación Limne ya realizó hace pocos meses una jornada de limpieza en diferentes puntos del Xúquer y del Magro, donde se actuó en su paso por Llombai. Otros de los temas que se fijan como importantes es la recuperación del bosque de ribera característico de este ecosistema, con la reintroducción de especies vegetales autóctonas que se han visto desplazadas por la creciente proliferación de la caña, del eucaliptus u otras especies invasoras. Por este motivo, se definieron las diferentes zonas donde sí que existe una población notable de bosque de ribera para consolidarlo y protegerlo, controlando la evolución de la vegetación alóctona.

Por otra parte, también se propuso la recuperación y el uso de la senda fluvial mediante la coordinación de trabajos a realizar por los diferentes ayuntamientos. De esta manera, se podrá recorrer de manera continuada todas las poblaciones de la ribera del Magro y propiciar el enlace de esta senda con otras rutas. Esta senda conecta los diferentes municipios por caminos rurales de usos principalmente agrícolas, aunque se encuentra en estos momentos interrumpida.

Nueva cultura del agua

Los representantes de las localidades que participaron en la reunión asumieron que hace falta una labor de concienciación social e impulsar una nueva cultura del agua que le de la importancia que se merece al río como a un ecosistema vivo que proporcione recursos más allá de la propia agua. En este sentido, la mesa se presenta como a una herramienta capaz de generar estas inercias sobre el objetivo común.

Diferentes poblaciones se han interesado ya en la participación en la siguiente cita que se producirá después del verano y que tendrá como objetivos la realización de diferentes actividades de visibilidad en el río, la recuperación de espacios degradados o la coordinación de una postura para apoyar el trabajo de la confederación en la gestión fluvial. La segunda jornada tratará de reunir a todos los agentes que tengan que intervenir en el plan de acción global.