Invitados por hermandades religiosas de Carlet y Alzira y los ayuntamientos de ambas poblaciones, el abad de Poblet, Octavi Vilà Mayo, y el monje Salvador Batet se desplazaron a Alzira para participar en los actos que se desarrollaron el sábado y domingo últimos en Carlet y Alzira.
Al mediodía del sabado fueron recibidos por el alcalde alcireño, Diego Gómez; Josep Lluís Andrés, de la Germandat de Poblet, y los dos cronistas oficiales, Aureliano Lairón y el que suscribe esta crónica. En un pequeño recorrido por la ciudad visitaron los casalicios de los Santos Patronos, el monumento al rey Jaime I de la plaza de la Constitución, el habitáculo de la que fue Capilla de la Sangre y el circuito amurallado junto al Mercat. Después se trasladaron al Círculo Alcireño, donde admiraron los salones valenciano y árabe de nuestra centenaria «Gallera».
Al atardecer, los ilustres visitantes fueron recibidos en el salón noble de sesiones del Ayuntamiento, donde el alcalde les dio la bienvenida en nombre de la corporación municipal. Estuvieron presentes la presidenta de la Cofradía de Sant Bernat, Consuelo Peris; de la Virgen de Lluch, Antonio Sancho y Ana Lluïsa Andrés; de la Cofradía de la Murta, Juan Pellicer; las falleras mayores y el presidente de la JLF. También se hallaban entre los invitados la alcadesa de Carlet, Maria Josep Ortega y el alcalde de Benimodo, Francisco Teruel.
El alcalde obsequió al abad con el «Libro de Pergaminos de la Cancillería Real», obra del cronista y archivero municipal José María Parra y una carpeta de dibujos de artistas alcireños y de Manolo Boix, se trasladaron a la parroquia de Santa Catalina donde se celebraba el último día del novenario dedicado a los patronos. Al terminar la eucaristía, la presidenta de la archicofradía patronal impuso la medalla al abad y a su acompañante. A continuación, junto a la Colla de Xirimiters y Tabaleters La Rabossa, desfilaron hasta los casalicios, donde ofrecieron, ante las imágenes, unas coronas de laurel.
El domingo, el alcalde y la representación de la archicofradía alcireña se desplazaron a la ermita de Pintarrafes, donde se celebró una misa el aire libre tras la llegada de la pereginación de carletins en romería portando las relíquias de los patronos. Participaron más de un millar de devotos. Al terminar la celebración, el abad Octavi bendijo la imagen de Sant Bernat, de bronce, obra del artista carletí Jaime Espí, que será obsequiada a la abadía de Poblet en la programada visita del 2 de septiembre, día en que los monjes celebran la festividad de Sant Bernat. Esta bella imagen ha sido costeada por los Ayuntamientos de Carlet y Alzira y las cofradías patronales de Sant Bernat de ambas poblaciones.
Procedía después la visita al Ayuntamiento de Carlet, donde la alcaldesa obsequió al abad con un libro sobre la historia local. Una nueva parada obligatoria fue Guadassuar para visitar, en el Ravalet, el lugar donde fueron bautizadas con agua de la acequia del Molinet las hermanas de Bernardo con los nombres de Gracia y María, cuando huían hacia Alzira perseguidas por su hermano Almanzor. A continuación visitaron la Pileta del Martiri. De este punto se trasladaron al santuario de la Virgen de Lluch, donde los monjes del Císter veneraron y besaron el manto de la patrona.
Por la tarde, se celebró en el altar relicario de los mártires de la parroquia de Santa Catalina la eucaristía presidida por el abad, al que acompañaban sacerdotes de las parroquias de Alzira y el párroco de Onda, que vino junto a una representación de aquella ciudad, hermanada con Alzira. Intervino la coral Ciudad de Alzira y al terminar partió la procesión con un trayecto reducido este año por las obras de las calles principales del Arrabal de San Agustín.
Al abad no se le secó la pluma para firmar en los libros de honor de los Ayuntamientos de Alzira, Carlet y Guadassuar; de la cofradía de Carlet; del santuario de la Virgen de Lluch; Archicofradía de Sant Bernat de Alzira y la Cofradía de la Virgen de la Murta.
