Un agente de la Guardia Civil, que se encontraba realizando labores de vigilancia en las puertas del cuartel de Almussafes, salvó el pasado domingo a una niña de dos años y medio de morir atragantada. La pequeña se estaba asfixiando debido a que un trozo de salchicha le obstruía las vías respiratorias y la rápida intervención del guardia fue vital para salvarle la vida. Así lo aseguran Sonia y Julián, los padres de la menor, quienes agradecen la labor de este agente y de los servicios sanitarios que la atendieron posteriormente.

Los hechos ocurrieron el pasado domingo en torno a las 21,15 horas, cuando el padre de la niña acudió corriendo a las puertas del cuartel de la Guardia Civil de Almussafes, pidiendo ayuda porque su hija se estaba atragantando. El agente P. R. R. subió inmediatamente al domicilio donde se encontraba la menor, en brazos de su madre. La pequeña estaba comenzando a ponerse morada ya que un trozo de salchicha de la cena le obstruía las vías respiratorias.

Actuando con rapidez y destreza, el guardia civil cogió a la niña y comenzó a realizarle la maniobra de Heimlich para liberarle las vías respiratorias. Así, colocó a la niña boca abajo y comenzó a golpearle la espalda en su parte superior, no consiguiendo que la pequeña expulsara el trozo de comida. Aunque sí logró que la menor tomase aire con dificultad, y comenzara a toser y a tirar mocos y flema.

Ante la gravedad de la situación, el agente trasladó a la menor hasta el centro de salud de Benifaió, donde fue asistida de urgencia y trasladada por un SAMU hasta el Hospital de la Ribera. De camino los sanitarios lograron extraerle el trozo de comida. La niña permaneció en observación hasta las tres de la madrugada. Los médicos aseveran que sin la intervención del agente habría muerto.