Leonardo Borràs esculpió, de manera inconsciente, su nombre en la historia de Algemesí con cada una de sus obras. Su legado permanecerá de manera imborrable en la ciudad. Ahora, su localidad natal ofrece un recorrido inédito de su trayectoria a través de una exposición que se inaugura esta tarde, a las 20,00 horas, en la sala de exposiciones municipal del Casino Liberal. «Leonardo Borràs. Fragments, apunts i diàlegs» acercará a los visitantes una visión íntima de la figura del escultor, fallecido en 2014.

Se trata de una sentida muestra que establece un diálogo entre las obras del autor y su entorno familiar y artístico. El equipo que se ha hecho cargo de este proyecto está compuesto por los profesores de la Universitat de València Enric Olivares y Álex Villar y el pintor Josep Esteve Adam, quienes han establecido un itinerario íntimo por la vida y personalidad de Leonardo Borràs a través de bocetos, pequeñas piezas inéditas, intercambios artísticos, apuntes y maquetas de proyectos, que descubren la propia evolución del concepto de monumento. Se revisan cinco décadas que van desde el impactante perfil clásico del Monumento a Joan Baptista Cabanilles, hasta la definición de las formas y el vacío en el espacio con el hierro como material fundamental en sus proyectos más recientes como el Monument al Llaurador o l'Illa del Xúquer, realizados junto al arquitecto Pepe Carrasco.

Otro capítulo decisivo de la exposición aborda la figura de Leonardo Borrás como maestro e impulsor de un círculo artístico vigente en la actualidad, que se reúne periódicamente para realizar dibujo en estudio o pintura al aire libre. En la sección «artistas dibujados por artistas» se pueden ver ver extraordinarios dibujos de desnudo al natural y retratos improvisados de Leonardo Borràs, Esteve Adam, Pellicer Pla, Sílvia Castell, Toni Roig, María José Esteve, Felipe Santamans, entre otros. La muestra ahonda en la faceta de Leonardo Borrás dibujante, que descubre directamente el secreto de unas manos inexorablemente ligadas a un lápiz o impregnadas en barro para dar forma a ideas y volúmenes.

La última parte de este itinerario está compuesta por una selección de máscaras en terracota que descubre al Borràs más auténtico. Se trata de los rostros de sus seres queridos, familiares y amigos, que son modelados de una manera privada, sentida y libre. En ellas establece un puente entre Rodin, Bourdelle y Maillol y el hiperrealismo escultórico de los setenta.