El gobierno municipal de Algemesí, formado por concejales del PSPV y Esquerra Unida, se ha quedado sin margen de maniobra para convocar una sesión plenaria para aprobar el recurso presentado por los tres concejales a los que se retiró el sueldo que cobraban gracias a los votos de Més Algemesí y el PP. El plazo previsto para resolver las alegaciones ha transcurrido sin que el asunto fuera debatido en el plenario, por lo que la impugnación ha quedado desestimada por silencio administrativo.

Més Algemesí, que ayer acusó a la coalición municipal de «hacer una vez más el ridículo por haber acabado desestimando su propio recurso», apela una vez a la búsqueda de un consenso entre los tres partidos de izquierdas para desarrollar otro modelo de gestión más estable y eficaz.

«El gobierno local es perfectamente conocedor de otros modelos de gestión y de liberación de concejales (qre trabajarían a tiempo completo en el ayuntamieno) que ni siquiera pasan por nuestra incorporación, que serían aceptadas por nosotros», proclamó ayer el portavoz de Més Algemesí, Josep Bermúdez, antes de emplazar a PSPV y EU a «abandonar el victimismo que encubre su inacción». El colectivo nacionalista asegura esta esperano desde el mes de junio que el ejecutivo local «tome la iniciativa para mejorar la gobernabilidad y no lo ha hecho».

Recelos mutuos

Todos los intentos de formalizar un tripartito de izquierdas en Algemesí que asegurara la estabilidad institucional han fracasado por completo. Las duras descalificaciones lanzadas por Bermúdez contra la alcaldesa, Marta Trenzano, y sus socios de EU, han creado un clima de desconfianza que complica mucho el acuerdo.