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La comarca logra reducir un 13 % el desecho de la basura en sólo 10 meses

La nueva planta de tratamiento de Guadassuar rebaja el volumen de rechazo que va a vertedero aunque sigue lejos del objetivo al caer el rendimiento de la «obsoleta» instalación de compostaje

La comarca logra reducir un 13 % el desecho de la basura en sólo 10 meses

La nueva planta de tratamiento de residuos de Guadassuar ha conseguido reducir un 13 % el rechazo cuando aún no ha cumplido un año en funcionamiento, según los datos que baraja el Consorcio de Residuos Ribera-Valldigna, que ha iniciado este mes las obras de la nueva planta de compostaje, una infraestructura clave para cumplir el mandato legal de dejar el desperdicio que acaba en vertedero tras el proceso de valorización por debajo del 40 % en el horizonte del año 2020 y la perspectiva de la empresa Reciclados Ribera del Xúquer de bajar incluso al 30 %.

El presidente del Consorcio de Residuos, Salvador Montañana, que el martes ejerció de anfitrión en la visita que realizó a la planta el conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent, detalló que en estos primeros diez meses se ha conseguido reducir el rechazo de cerca de un 70 % a un 57 %, a pesar de que la instalación «aún no está completa» y de que la planta de compostaje antigua «está obsoleta y no está rindiendo lo que debería», comentó. Montañana señaló en esta línea que esta reducción del 13 % «está lejos de lo que querríamos» y no dudó en augurar que cuando dentro de año y medio se pueda disponer de la nueva planta de compostaje, que convierte en abono la materia orgánica tras el proceso de selección de la basura, «estaremos por debajo del 40 % y seremos de las pocas plantas que estará en condiciones de cumplir la directiva europea en 2020», comentó.

La planta de tratamiento de residuos de Guadassuar entró en funcionamiento en noviembre del año pasado y se presentó en sociedad como la más eficiente de Europa ante la perspectiva de minimizar el rechazo que acaba en el vertedero. La consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, puso esta instalación como el ejemplo de hacia dónde se pretende ir en materia de residuos.

Esta instalación tiene capacidad para tratar 35 toneladas de basura por hora y arrancó con la perspectiva de procesar las 135.000 toneladas de residuos que generan los 52 municipios que integran el ente más otras 25.000 que debía aportar el consorcio de basuras de la Costera (COR) en base al convenio firmado en su día, si bien esta segunda expectativa no se ha cumplido.

Se trata de la primera instalación de las tres proyectadas por el consorcio para ser autosuficiente en la gestión de los residuos que genera la comarca. Junto a ella han empezado las obras de la planta de compostaje, que en base a los plazos de ejecución debería estar acabada en año y medio, y el ente gestor de los residuos sigue a la espera de encontrar un emplazamiento para el vertedero después de la negativa de los cuatro municipios que el estudio elaborado por la Agència Energètica de la Ribera señaló como idóneos para esta instalación. La ausencia de un vertedero en el entorno del consorcio obliga a trasladar fuera el rechazo que se genera, lo que supone un coste de 2,4 millones de euros anuales.

Una instalación obsoleta

El objetivo del consorcio es reducir al máximo el volumen de desperdicios que acaba en el vertedero y, según señaló Montañana, el ente está en ese camino pese a los problemas derivados de un planta de compostaje «obsoleta». «La previsión que teníamos es que podíamos estar hablando de un 50 % en vez de un 57 %, pero hemos recepcionado la planta vieja de compostaje, que ha llegado a su obsolescencia. Han pasado los 20 años para los que se proyectó y la falta de mantenimiento ha provocado que no esté rindiendo lo que debería», indicó el presidente del consorcio y alcalde de Guadassuar, lo que se traduce en una mayor cantidad de rechazo. Montañana explicó que el lecho de la planta que debería propiciar una aireación del compost se ha ido compactando y no permite la entrada del aire necesario mientras que otras deficiencias en la cubierta impiden que la materia alcance la temperatura que precisa.

Las obra de la nueva instalación han comenzado y está previsto que en un año esté acabado el reactor -la nave donde se acumula y procesa la materia orgánica- y, a partir de ese momento, empezarán a desmontarse los dos más pequeños que conforman la actual instalación. La imposibilidad de detener la actividad ya que la instalación de tratamiento contigua se encuentra a pleno rendimiento provocará una época de «convivencia» entre las dos plantas de compostaje.

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