Alrededor de 30 agentes de la Policía Local de Cullera han terminado hoy su formación en el uso y manejo de la pistola Táser, el inmovilizador que emite una descarga eléctrica para repeler posibles agresiones y reducir a quienes las perpetran sin necesidad de recurrir a las armas de fuego, minimizando así los daños directos y colaterales que puedan causarse.

«La pistola Táser salva vidas, no mata». Así de contundente se ha mostrado Raúl Cerveró, agente de la Policía cullerense y uno de los instructores del curso. El objetivo principal de esta iniciativa es que los policías puedan responder ante una situación de gran tensión o violencia sin que nadie resulte herido.