La gestión económica del gobierno de Cullera ha aliviado la constreñida situación financiera del ayuntamiento. Desde que comenzara la actual legislatura, el ejecutivo ha logrado reducir en 8,9 millones la deuda municipal con los bancos, uno de los grandes problemas heredados del pasado a los que debe hacer frente la capital turística de la Ribera. Los datos, facilitados ayer por el área de Hacienda, suponen a su juicio un «espaldarazo» a la gestión económica del gobierno, que lleva dos años cerrando el presupuesto con superávit y que, por primera vez en mucho tiempo, consiguió en 2016 un remanente positivo de tesorería de 1,5 millones.

El consistorio de Cullera adeudaba en 2015 a las entidades financieras 34,4 millones de euros, sumando amortización de capital e intereses. A finales de este año la cifra se habrá reducido a 25,5 millones, lo que supone un 26 % menos.

«Estamos al día con los bancos y la otra buena noticia es que no estamos generando más deuda», destacó el concejal de Hacienda, Juan Vicente Armengot, quien se felicitó porque el gobierno del cambio «paga lo suyo, lo que otros nos dejaron a deber y, además, hace políticas para las personas». «Hemos puesto orden tras una gestión nefasta de la derecha que nos llevó a ser rescatados en 2012 y a la mayor crisis financiera y social de la historia de este municipio», afirma.

Solo este año Cullera habrá pagado a los bancos 4,3 millones de euros. Armengot admite que destinar una cuantía tan grande a ese apartado «limita al máximo la capacidad de maniobra del gobierno municipal».

Cullera había presupuestado este año 2,8 millones para amortizar deuda, pero finalmente incrementará esta cifra en 1,5 millones más gracias al remanente positivo de tesorería. Armengot aseguró que el ayuntamiento lo hace forzado por el Ministerio de Hacienda, que impide al municipio destinar ese dinero a hacer política. «Montoro pone primero a los bancos y después a las personas y aunque no estamos nada de acuerdo con eso, cumplimos con nuestra obligación», explicó.

El punto de inflexión que vive la economía municipal se traduce en una reducción drástica del período medio de pago a proveedores, que ha pasado de más de un año al principio del mandato a menos de dos meses en la actualidad. Esto está permitiendo al ayuntamiento ahorrarse el pago de intereses de demora y negociar a la baja los precios.

Antecedentes

El Ayuntamiento de Cullera es el más endeudado de la Ribera. En 2012 llegó a deber 39 millones por facturas impagadas. Entonces, el Ministerio de Hacienda lo intervino e impuso al consistorio un duro plan de ajuste que se alargará hasta 2032. Ese corsé impide, entre otros aspectos, bajar o bonificar impuestos y además limita a la construcción de los nichos del cementerio las inversiones que puede hacer el municipio con recursos propios.