La situación financiera de la Pobla Llarga es muy delicada. Pese a ello, esta localidad ribereña ha tenido una buena noticia en el aspecto económico. El ayuntamiento aprobó el jueves, en el pleno municipal, las cuentas generales de 2016, que se saldaron con un superávit de 413.250 euros y un remanente de tesorería de 236.776 euros.

«Presentar en el pleno municipal la cifra de este superávit, conseguido en el primer año completo de gobierno socialista, ha sido una satisfacción para todos nosotros. El control que han hecho todas las concejalías y los ediles del equipo de gobierno en cada una de sus áreas ha sido la clave para poder comenzar esta nueva etapa de gobierno serio y responsable», destacó ayer el concejal de Hacienda, Ximo Vidal.

El equipo de gobierno recordó que para el pasado año se presupuestaron 2.634.406 y que, en ese momento, las obligaciones reconocidas del ayuntamiento ascendían a dos millones y medio. «Después de la aplicación de 2.588.844 euros que el actual gobierno se encontró en el apartado 413 de la contabilidad, la cifra final alcanzó los 5.110.508 euros», recalcó el edil.

No obstante, pese al buen resultado económico del ayuntamiento, el saldo positivo de las cuentas no podrá destinarse a nuevas inversiones ya que, en ese sentido, el ministerio de Hacienda es muy estricto con las localidades endeudadas. Por ese motivo, el gobierno local ya anticipó durante la celebración del pleno que los 236.776 euros conseguidos como remanente de tesorería «estarán destinados completamente a reducir la deuda tan grande que condiciona el día a día de la Pobla Llarga».