Les muixerangues son parte indiscutible de la expresión cultural valenciana, aunque en realidad podría decirse que su relevancia traspasa fronteras ya que desde el año 2011, la Muixeranga de Algemesí es, ni más ni menos, patrimonio inmaterial de la Humanidad.

Pero su calado entre la sociedad valenciana no siempre fue profundo y con el paso de los siglos se perdieron algunas de estas agrupaciones en diferentes zonas de la Comunitat. Por suerte, desde hace unos diez años, se ha producido un resurgimiento de esta expresión cultural y se ha recuperado gran parte de estas celebraciones.

Precisamente, para que este renacimiento cristalice y no caiga de nuevo en el olvido, más de 20 «collas» de toda la Comunitat Valenciana se han unido para crear la Federación Coordinadora de Muixerangues. Durante el pasado fin de semana se aprobaron y firmaron los estatutos que regirán esta agrupación y será en el mes de enero cuando se constituya legalmente.

El objetivo principal de la federación es preservar este patrimonio cultural. Cómo hacerlo también está claro. Marisa Esteve, miembro de la junta gestora que de momento dirige la federación, explicó a este periódico que pretenden que «la celebración de muixerangues se lleve a cabo en gran parte de los eventos culturales de la Comunitat», también realizarán investigación y estudios históricos y trabajarán para reforzar la comunicación entre las propias formaciones y hacia la sociedad en general. Sin duda un «paso adelante fundamental» para la conservación de esta rica expresión cultural.

«Queremos hacer una labor pedagógica para que la gente nos conozca mejor y sepan que es una tradición valenciana de alto valor cultural y antecedente de los castells catalanes» explica Esteve. Desde la federación también trabajarán en la recuperación de figuras que antaño se representaban y desaparecieron con el tiempo, aunque por fortuna quedaron reflejadas en documentos de gran antigüedad.

Otra de las materias en las que se trabajará es en la seguridad, ya que aunque se trata de una actividad con un índice de incidencias extremadamente bajo, «siempre hay cabida para una mejora técnica», explica Esteve.