La familia del quinto piso del número 24 de la calle Pere Morell de Alzira nunca olvidará ni el 15 de noviembre de 2017 ni al bombero que, pese a estar fuera de servicio, no dudó en acudir en ayuda de una madre y su hija de tres años que pedían auxilio desde el balcón de su casa, donde se habían refugiado huyendo del humo.
El connato de incendio se inició pasadas las 14,00 horas en un piso, cuando una extensa nube de humo blanco irritante comenzó a llenar la vivienda. El bombero se encontraba en la calle y, alertado por otros vecinos, pudo comprobar la presencia de madre e hija en el balcón. No se lo pensó y subió hasta la quinta planta del edificio seguido por un agente de la Policía Local. Forzaron la apertura de puerta para acceder al interior y poner a madre e hija fuera de peligro. Asimismo, la nube blanca inundó el bloque, lo que obligó a desalojar la finca para evitar cualquier daño.
El humo procedía del horno. Si bien la propietaria aseguró que no lo había tocado en toda la mañana, éste se encontraba encendido y la presencia de algunos utensilios de cocina en su interior provocaron la gran humareda que alarmó a los vecinos. La rápida actuación del bombero, que ha preferido mantenerse en el anonimato, permitió que no hubiera que lamentar ningún tipo de daños personales y todo acabara con final feliz.
Hasta la calle Pere Morell se desplazaron dos camiones de bomberos, junto a agentes de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía, que se encargaron de desalojar todos los pisos hasta que los primeros procedieron a la ventilación del edificio, momento en el que madre e hija pudieron volver a su casa.
