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Colas de hasta diez horas para casarse en la basílica de Sant Jaume de Algemesí

Las parejas de novios esperan desde la madrugada en la calle para reservar la fecha de su boda La parroquia abrió ayer la agenda para todo el 2018

Colas de hasta diez horas para casarse en la basílica de Sant Jaume de Algemesí levante-emv

Para los vecinos de Algemesí, la basílica de Sant Jaume es la más bonita de València. Una característica la define: quien la visita, ya no quiere casarse en otro lugar. Su construcción data del siglo XVI y su belleza le permitió ser declarada como Bien de Interés Cultural en 1999. Para la localidad tiene un gran valor sentimental. El templo es el escenario de los acontecimientos religiosos y litúrgicos más grandes, donde destacan las celebraciones en torno a la Mare de Déu de la Salut. Para los algemesinenses, es una señal de identidad y un elemento de anclaje a su municipio.

Uno de los ejemplos de arraigo está en los días posteriores a la fiesta en honor de la Señora Pepa, solemnidad que marca un antes y un después en la agenda de la basílica. Tras las celebraciones que tuvieron lugar el domingo, la parroquia abre la agenda y planifica el calendario del 2018. Ahí entran en juego las parejas de novios que quieren formalizar su matrimonio. Con la sala de banquetes contratada y el aviso a los fotógrafos remitido, solo queda el enclave donde oficiar la ceremonia. Todo debe coincidir y a los futuros prometidos sólo les falta confirmar su fecha. El 16 de noviembre marca la apertura de la agenda religiosa del próximo año y es el día más adecuado para poder escogerla.

La 01,30 de la madrugada y llega un coche a la Plaça Major de Algemesí. Es el primer aspirante que pretende elegir el momento y la hora de su boda. «Yo iba avisado porque años atrás ha venido gente desde las 22,00 horas. Tuve suerte de llegar antes que el resto», explicó ayer Carlos Grau, que inauguró de este modo la cola.

El joven de Tavernes, afincado en la población de la Ribera Alta, aguantó a la intemperie lo que las bajas temperaturas del invierno le dejaron. Para poder cobijarse, optó por una fácil solución. Cogió bolígrafo y papel y colgó una nota en la puerta del edificio que decía: «Hola, estoy en el coche, aquí delante, haciendo cola desde la 01,30. Como hace frío he decidido esperar a que llegue alguien, aquí calentito». Permaneció en su vehículo hasta pasadas las 04,00 de la madrugada, momento en el que se presentó el segundo aspirante. Coincidencias del momento y del contexto, los dos querían casarse el mismo día, el 26 de mayo del 2018. Como la casualidad, la suerte también armonizó entre ambos, pues Grau había optado por hacerlo por la mañana y el segundo de la cola por la tarde, un suspiro de alivio para dos madrugadores con sueños de formar una familia. «Estuve sobre las diez horas esperando, aunque tampoco se hizo tan pesado como esperaba porque tuve compañía. Menos mal que nos pudimos arreglar porque hubiera sido una pena», explicó.

Tradición anual

Hasta las 10,30 de la mañana, momento en el que las esperanzas de la noche se hacían realidad con la apertura de puertas, se juntaron simultáneamente un total de seis personas, una cifra lejos de la multitud que se daba en los años de bonanza económica, convirtiendo este templo en un espacio idílico para este tipo de actos. Todas con el mismo denominador común pero con un registro diferente.

El sacerdote encargado de la iglesia, Jesús Corbí, afirmó que se trata de una tradición que se repite año tras año. «Hay un día en el que empezamos a aceptar las peticiones y como los novios ya lo tienen todo arreglado, quieren asegurarse de poder celebrar su unión matrimonial el mismo día. Desde ayer, la agenda está abierta todo el año, pero es obvio que quien antes llega tiene más posibilidades de cumplir con sus pretensiones».

El párroco, que lleva once años en Algemesí, declaró que el templo tiene un gran interés sentimental, cultural y espiritual y los vecinos guardan un especial afecto por él. En la misma línea opinó el «vencedor de la matinal», que aseguró que los habitantes respetan mucho su patrimonio. «Aquí se quiere mucho al pueblo. Para muchos, la iglesia es como un palacio por su gran esplendor», manifestó.

Y como toda espera, esta tuvo un final y feliz porque Carlos Grau y Carolina Muñoz se podrán dar el «sí quiero» el próximo 26 de mayo de 2018 a las 13:00 horas en su lugar más preciado, la basílica de Sant Jaume de Algemesí.

Ya lo dice el dicho y nunca mejor dicho: «A quien madruga, Dios le ayuda».

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