El VII Congrés Faller de Alzira aprobó el pasado fin de semana una resolución por la que, en el proceso de elección de las falleras mayores, se suprime el requisito de la "presencia" de las candidatas que hasta ahora tenía que valorar el jurado al considerarlo discriminatorio. Una enmienda presentada por la propia Junta Local Fallera al actual reglamento abrió el debate, que derivó en este nuevo articulado tras el revuelo que causó el hecho de que para elegir a las reinas falleras el jurado tuviera que tener en cuenta la presencia, un término que daba lugar a una posible interpretación machista y discriminatoria.

La enmienda de la JLF planteaba una modificación del artículo 92 del reglamento fallero, que regula el sistema de elección de las falleras mayores de la ciudad y sus cortes de honor. La JLF proponía que en caso de tener que realizar el acto de preselección de las siete candidatas a fallera mayor de Alzira y corte de honor -una de las novedades incorporadas-, el jurado, formado por los presidentes o representantes de todas las comisiones del ejercicio en curso excepto los que presentan candidatas, tenía que valorar los conceptos de comportamiento, cultura general, la expresión oral en valenciano y la presencia, tal como establece la normativa vigente hasta el momento.

Precisamente, este último requisito fue el que provocó mayor polémica porque la interpretación daba a entender que entre las singularidades a evaluar estaba la talla, figura y disposición del cuerpo. El adjetivo causó revuelo en la mesa «C», donde algunos representantes pidieron a los miembros de la JLF que definieran qué era para ellos la presencia. La sala consideró que se trataba de una distinción innecesaria y tras deliberar sobre las singularidades que debe reunir la aspirante, se decidió eliminar el atributo del reglamento, dejando que sean la cultura, el comportamiento y la expresión oral en valenciano, las condiciones que decidan quién será la fallera mayor. "Que una persona sea alta o baja, flaca o gorda, con los ojos azules o marrones, o rubia o morena no debe influir en la votación. Nos pareció una diferencia que no debería influir en nada porque cada mujer es como le ha tocado ser", aseguró un delegado de la falla Plaça La Malva.

Disposición final

Carmen Martí, vicepresidenta de la JLF y una de las personas que dirigía la mesa, aseguró que se trata de un criterio subjetivo que era conveniente excluir del ordenamiento fallero. "Podía inducir a error y a una interpretación incorrecta. La verdad es que es un término un poco machista y su apreciación es dudosa. Para nosotros, la presencia es analizar entre las candidatas la forma en la que se lleva el traje de fallera, cómo caminan y su compostura. No tenía nada que ver con el físico, pero nos pareció bien que se quitara", aseguró. También se aprobó un cambio en el artículo 90, en el que la JLF abrirá un plazo para la presentación de candidaturas para falleras mayores, optando todas en primer lugar a la elección de la corte de honor y una vez hayan sido elegidas, se procederá a elegir a la fallera mayor.