La Unió de Llauradors lanzó ayer un mensaje de calma a los productores de caqui de la Ribera y auguró un aumento de los precios en las próximas semanas. Por ese motivo, reclamó a los agricultores que «no se precipiten» a la hora de vender su cosecha y una mayor organización por parte del sector para no «saturar» el mercado en el que es considerado como el peor mes de la campaña: noviembre.

El sindicato agrario aseguró que existe «una posible campaña orquestada basada en el negativismo para meter miedo al productor con objeto de hacer descender la cotización del caqui» y destacó que hay «opiniones interesadas relacionadas con los bajos precios». El responsable del sector del caqui de la Unió, Eduard Esparza, quitó hierro al asunto y analizó la situación con cierta perspectiva: «Esto tampoco es la Tercera Guerra Mundial, noviembre es siempre un mal mes para la campaña que, por otra parte, arrancó con buenos precios. En el mercado interior se consume más producto a un buen precio», incidió.

Esparza reclamó una mayor organización para evitar reducir el impacto negativo en el sector: «Ahora la oferta ha aumentado, pero si nos supiésemos organizar, en noviembre no enviaríamos tanto producto a los mercados. Es muy sencillo, si cada día se comen, por ejemplo, mil kilos de caqui, no puedes enviar mil cien. Debemos aprender de los errores de la campaña de los cítricos», explicó a Levante-EMV. «Hemos conseguido estar en el mercado con una única variedad mucho más tiempos que con cualquiera de los cítricos. Hemos conseguido mucho, ahora no podemos lanzarlo a perder», añadió.

No obstante, la Unió admitió que en estos momentos la rentabilidad del cultivo « no es la misma que hace unos años, cuando la producción era mucho menor». En ese sentido, el sindicato agrario insistió en una mejoría de cara al futuro: «En la primera parte de la campaña los resultados no han sido tan negativos como se auguraba. Si bien los precios no fueron tan buenos como en la pasada campaña, con una media de 0,30 euros/kg, las cifras de exportación han sido importantes. Conforme avanza la campaña y se acerca la Navidad, los precios se recuperan y suelen corregirse en muchas ocasiones las liquidaciones finales. Todo parece indicar que la última parte de la campaña, si no nos la cargamos nosotros, será mucho mejor.».

Igualmente, Esparza afirmó que existen «enemigos internos que tratan de destruir la rentabilidad del caqui y que al final pase como con los cítricos, donde tuvimos que regalar nuestra producción para que otros hiciesen negocios perfectos sin riesgo alguno».