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Los agricultores de la Murta y la Casella siguen en jaque por la plaga de jabalíes

El PP de Alzira critica la inacción del gobierno local y aboga por promover batidas y acciones disuasorias Existen cotos de caza que continúan sin adjudicar

Daños provocados por los jabalíes en el término municipal de Alzira en una imagen de ayer. vicent m. pastor

Los jabalíes no dan tregua a los agricultores que tienen sus cosechas por las zonas colindantes a la Murta y la Casella de Alzira. La proliferación de estos animales, así como también de conejos, sigue causando una retahíla de daños en los campos agrícolas, sin que ninguna administración dé un paso adelante para combatir lo que los labradores consideran una «plaga». El PP ha reclamado, hasta ahora sin éxito, que el ayuntamiento alcireño intervenga. Los populares solicitan que se aumenten las subvenciones a los cazadores de la asociación de Alzira y que se promuevan ganchos, que son pequeñas batidas que la ley permite en los montes. También la instalación por parte del ayuntamiento, en puntos estratégicos, de puestos para facilitar a los cazadores las esperas nocturnas al jabalí, acción disuasoria muy efectiva para la disminución de daños.

Los populares también llevaron a los plenos de octubre y noviembre (pero no salió adelante por la oposición del equipo de gobierno) la promoción de premios y concursos para la caza de conejos con perros y sobre todo el aprovechamiento forestal de varias zonas en la Casella y la Garrofera, a día de hoy sin adjudicatarios en el coto. Ante la aplicación de medidas, el PP criticó la «inacción» y la «dejadez» del ejecutivo local que, según la formación azul, afecta a los labradores.

En Alzira (así como también en otras localidades colindantes) se da la tormenta perfecta. Los cazadores advierten de que los largos desplazamientos que suelen realizar estos animales por las noches en busca de alimento disparan el riesgo de accidentes de tráfico. No existe un depredador que frene la expansión del jabalí, es omnívoro y se adapta a nuevos hábitats. La sequía de los últimos años provocó que bajara de las montañas en busca de alimento y ha colonizado zonas de huerta aprovechando cauces de ríos y barrancos. Sólo los cazadores a través de las esperas -en Alzira descartan organizar batidas por la dificultad de movimientos dada la difícil orografía y la leña acumulada en las montañas- ayudan a controlar la población. La situación se agravó con el incendio que el año pasado arrasó buena parte de las montañas de Carcaixent y la Barraca d´Aigües Vives y que provocó una nueva diáspora de la fauna, que buscó cobijo en zonas que no se vieron afectadas por el fuego. Los montes de Alzira son en este caso los más próximos.Además, grandes tramos de ríos y barrancos han sido colonizados por la caña y resultan inaccesibles para las personas. No para las manadas de jabalíes, que han encontrado allí perfectos refugios al tratarse de zonas tranquilas que disponen de agua cerca.

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