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Patrimonio

Los ladrones desvalijan el convento del siglo XVI ante el desinterés oficial

Los ayuntamientos de Carcaixent y Alzira junto al área de Patrimonio de la Generalitat consienten la degradación de un bien protegido como BIC - Los robos en el inmueble son cada vez más frecuentes

Imagen grabada en agosto en el monasterio por un grupo de jóvenes disponible en YouTube. levante-emv

Los ayuntamientos de Alzira, Carcaixent y la Barraca d'Aigües Vives, la Diputació de València y el Consell asisten como meros espectadores al deterioro que padece el Monasterio de Santa Maria d'Aigües Vives, un viejo convento agustino fundado en el siglo XVI y declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Un deterioro que se ha visto agravadopor las múltiples internadas, intentos de robo y expolio que ha sufrido en los últimos meses. La Ley de Patrimonio establece que la Administración debe velar por la protección y salvaguarda del patrimonio cultural, aunque el histórico inmueble, de propiedad privada, se encuentra totalmente desvalido.

La idea de reconvertir el viejo monasterio en un negocio hostelero partió de un empresario de Carcaixent que rescató el edificio de la ruina y lo transformó en un hotel. Corrían los años 0chenta y la aventura fracasó. Tras años de nuevo deterioro, la empresa Tano de Gandia compró en 1995 el inmueble para explotarlo como hotel y sala de banquetes. Invirtió grandes sumas en su restauración hasta ponerlo en venta en 2015. La compañía presentó un concurso voluntario de acreedores y, tras la liquidación judicial, un fondo de inversión estadounidense adquirió buena parte de sus propiedades. Paralelamente, los ayuntamientos de Alzira y Carcaixent se mostraron reacios a rescatar el monasterio, debido al elevado coste de la operación.

Ahora, de nuevo, lleva años de gradándose. En julio, un grupo de desconocidos se adentró en el edificio y provocó daños, esparció el contenido de varios extintores y arrancó del suelo dos valiosos azulejos de cerámica valenciana del siglo XVIII que, varios días después, fueron recuperados. No ha sido la única internada. Se han producido más, algunas incluso grabadas en vídeo y subidas a la plataforma YouTube.

No deja de sorprender el allanamiento de los autodenominados «exploradores urbanos», un grupo que, pese a reconocer en algunos de sus vídeos que su actividad «no siempre es legal», defiende sus internadas: «no somos vándalos ni delincuentes», aseguran. Graban vídeos para mostrar inmuebles abandonados o desapercibidos. El grupo se adentró en las instalaciones del monasterio el pasado mes de agosto, poco después de que Levante-EMV informara del expolio y el vandalismo que había sufrido el antiguo convento. En las imágenes aparecen varios jóvenes recorriendo las estancias del monasterio, desde la capilla hasta el claustro, pasando por las habitaciones y el restaurante del hotel. Con linternas y cámaras en mano, no dudan en manosear libros, abrir puertas y armarios del monasterio. Todo grabado y difundido por Internet. Del efecto llamada de tales acciones nadie se preocupa.

Entrar al edificio ha pasado a ser un entretenimiento. El convento está protegido como BIC desde 2007 por su valor histórico artístico. En sus estancias se contemplan elementos del arte gótico y barroco valenciano. Un paseo por los alrededores del monasterio es suficiente para detectar la huella humana, que se presenta en forma de latas de refresco, envoltorios de snacks y otros tipos de basura. En repetidas ocasiones el Ayuntamiento de Carcaixent ha instalado cadenas y candados para evitar las internadas y los posibles robos y destrozos; además, en el pasado se tapiaron algunas de las entradas directas con la misma finalidad.

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