No me resisto a contarles la anécdota que se produjo el 6 de julio de 1995. Los técnicos navarros Nicolás Navascués, Cesario Fernández, Luís Chiviti y A ntonio Melgarejo, que reparaban el puente justo el día que en Pamplona se disparaba el tradicional «Chupinazo» como señal de inicio de las fiestas dedicadas a San Fermín. Al separarles muchos kilómetros de su tierra, se me ocurrió que disparasen el «chupinazo» en Alzira. Primero le propuse a Alfredo Garés, alcalde de Alzira, que representara a su homónimo de Pamplona, quien aceptó amablemente para «disparar» en el Pont de Ferro el cohete voladorque nos había regalado la pirotécnia Crespo de Alzira. Se prendié fuego a la misma hora que en Pamplona en presencia de los navarros desplazados a nuestra ciudad.

La noticia, con todo lujo de detalles, acompañada de fotografías, la hice llegar al Diario de Navarra, siendo publicada en la página dedicada a la fiesta, con el titular «Chupinazo en Alzira». Decía: «El alcalde, Alfredo Garés, disparó un cohete en honor de cuatro trabajadores ciborneros -gentilicio de su pueblo, Cintruénigo- que reparaban un puente, lo hizo en nombre de su homónimo de Pamplona, Joaquín Chourraut. Esto ha hecho que los navarros de Cintruénigo, ausentes de las fiestas, se animasen a preparar este curioso chupinazo a más de medio millar de kilómetros de Pamplona».

Al siguiente día, el alcalde navarro, al conocer este hecho, se puso en contacto con el de Alzira, para comentar este insólito acontecimiento, ya que no se tenían noticias de que se haya realizado en ninguna población con ese mismo motivo.