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El bombero que surgió del agua

Bernat Mascarell, que se estrenó en la pantanada, se jubila como jefe de los bomberos

Bomberos de los parques de Alzira, Xàtiva y Ontinyent en la despedida a Bernat Mascarell. alfonso roivira

Este año, el parque de bomberos y su equipo profesional han sido galardonados con el escudo de oro de la ciudad de Alzira, que recibirá en su nombre Bernat Mascarell, jefe del parque, el 30 de este mes en la fiesta institucional que Alzira celebra con motivo de la entrada del rey Jaime I.

Bernat Mascarell, estudió en el Instituto José María Parra de Alzira, donde terminó el bachiller superior. En su juventud perteneció al Club Nosaltres y al equipo de baloncesto de Alzira. Fue entrenador de basket y natación. Se incorporó como bombero profesional en el Concorsio Ribera Alta-Valldigna en septiembre de 1982, con 24 años. Su primera gran prueba no fue, por tanto, de fuego sino de agua: una inundación histórica ya que les sorprendió la Pantanada de Tous.

Desde 1982 a 1992, formó parte del equipo de bomberos de Alzira. De 1992 a 1997 estuvo destinado en el parque de Ontinyent, donde fue jefe del mismo hasta el 2004. Desde entonces fue jefe de la zona V, que incluye los parques de Alzira, Xátiva, Ontinyent, Navarrés y Vallada. Ha realizado cursos de especialización de primeros auxilios, rescate vertical, despolinización, liderazgo de grupos, riesgo nuclear, bacteriológico y químico, protecciones de emergencias y dirección de Puesto de Mando Avanzado. Después de 35 años de servicio, Bernardo va a ingresar en la «cofradía de los jubilosos». Deja el cargo el último día de este año 2017. Los pueblos donde ha servido en estos años le estan agradeciendo su reconocida profesionalidad.

Los orígenes de la profesión se hunden en el imperio romano. El fuego atrae y horroriza al mismo tiempo. El efecto de la combustión desencadena una fuerza devastadora capaz de convertir miles de hectáreas en ceninzas. Metáfora de vida, el fuego lo es también de muerte. Para hacerle frente, se organizó por primera vez bajo el mandato del emperador romano Augusto un grupo profesional de hombres encargados de prevenir, detectar y combatir sus peligros. El oficio ha llegado a nuestros días conservando su autoridad, su prestigio y sus funciones, que han quedado ampliadas. Hoy, los bomberos, tienen encomendada la responsabilidad de apagar fuegos, pero también muchas otras tareas.

El socorro, el rescate y el salvamento de personas accidentadas en la carretera o extraviadas en la montaña, ríos o cuevas...marcan otros de sus cometidos. Ofrecen un servicio de atención sanitaria no programada que en ocasiones resuelve urgencias vitales.

Los equipos de bomberos prestan un primer auxilio a accidentados o enfermos, y si es necesario los evacuan al centro sanitario más próximo. En intervención también sorprenden. Un grupo de bomberos fue el primero en llegar a Haití tras el último terremoto. Su preparación y sus funciones les conducen a todo tipo de catástrofes, donde coordinan otros servicios.

En extinción, los bomberos continúan jugándose la vida apagando fuegos. En verano, a estos profesionales se les suman brigadas forestales antiincencios, pero solo la precaución individual y el compromiso de las medidas previsoras lograrán que decrezca el número de hectáreas que pasan a engrosar las peores estadísticas, de la naturaleza consumida por el fuego.

Sirvan estas letras, para homenajear al jefe del Parque Comarcal de la Ribera, Bernardo Mascarell, que termina su servicio en el parque de Alzira. La ventaja del que traza estas líneas, sobre Bernat, es que a mis casi 87 años, no abandono mi colaboración como bombero honorífico de este parque durante 35 años. Probablemente haya alguien en algún parque de España con esta distinción, pero no con la actividad que he tenido hasta ahora, colaborando, ataviado con el equipo de bombero en la «cremà» de las fallas de Alzira durante muchos años.

Hace unos días Bernat reunió en su despedida en el parque de Alzira al personal que ha trabajado junto a él todos estos años. Vinieron compañeros de Ontinyent y Xátiva, que se unieron a los integrantes del parque de Alzira y a los que ya les llegó la jubilación.

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