Un único décimo del número 51.244, vendido por máquina en el despacho de la avenida del Sur de Carlet y al que han correspondido 125.000 euros del segundo premio, fue ayer el importe más elevado que el sorteo de Navidad dejó en la Ribera, donde apenas repartió 209.000 euros.

La Administración de lotería número 2 de Alberic había vendido una serie completa del número 5.431, uno de los quintos premios, por lo que han correspondido 6.000 euros a cada uno de los diez décimos, y el mismo importe recibirán los poseedores de otros cuatro décimos despachados en Alzira, Algemesí y Manuel. El quinto premio más madrugador, correspondiende al 58.808, dejó dos agraciados en Alzira y Algemesí, mientras que el último en salir, el 22.253, también dejó dos afortunados en la capital de la Ribera Alta y Manuel, en cambos casos tras despachar la participación por máquina.

La fortuna quiso que la nueva administradora del despacho mixto de Carlet llamara a la suerte en su primera semana de trabajo. «Mi hermana lleva la buena estrella». Rosa Arocas tomó el lunes el relevo de su cuñado como administradora del despacho de loterías ubicado en la avenida del Sur de Carlet y debutó ayer con un segundo premio en el sorteo de Navidad. Sólo había vendido un décimo -se trata de un receptor mixto que despacha participaciones de máquina-, pero la alegría era inmensa.

La única agraciada, Amparo Blasco, se enteró casi por fases. Entró a una farmacia próxima y le comentaron que algún premio había salido ya que había cámaras de televisión en la calle. Pudo confirmar que acababa en 4 y se alegró de que, posiblemente, le devolverían el dinero. Nunca le había sonreído la fortuna y la broma habitual con el lotero cada vez que juega a la Primitiva es que no le devuelven ni el dinero.

«¿No acabará en 44?», preguntó. Le confirmaron que sí y empezó a ponerse nerviosa. Acudió al despacho y pudo confirmar que el número premiado era el que ella jugaba. El único que jugaba y que había comprado el miércoles. Rompió a llorar de emoción. «Me voy al Rocío», comentó esta vecina de Carlet, originaria de Real, aficionada a los caballos.