Aunque sus orígenes se encuentran en el este de Europa, exactamente en Rumanía, y muy cerca de la histórica Transilvania, ya ha pasado mucho tiempo desde que Domnita Gabriela Dudau (19 de octubre de 1993, Bistrita) se instaló, junto a su familia, en Xàtiva. Llegó al Atlético Càrcer la temporada pasada, en los últimos dos meses de competición, y ya en tan poco tiempo demostró su olfato goleador (anotó 9 goles en tan solo seis encuentros) y lo ha seguido corroborando esta misma temporada donde ya acumula 10 tantos siendo el principal sustento goleador de un equipo que ahora mismo lidera la tabla y en el que, pese a ello, todas las jugadoras, a excepción de dos y una de ellas es portera, han podido saborear aquello que muchas anhelan: celebrar un gol.

Su andadura en el balompié empezó en el UD Canals: «Siempre me ha gustado el fútbol, sobre todo practicarlo, y un día un hombre de la zona me dijo de ir a probar y allí empezó todo», rememora Gabriela. Aunque reconoce que no fue fácil (todavía no se manejaba con el idioma), sí admite que su adaptación fue buena ya que «el fútbol no entiende de fronteras y con trabajo pude competir». Ha tocado todas las categorías regionales femeninas. Con el equipo de La Costera compitió en 1.ª Regional, ganó la liga y ascendió a Autonómica donde también lució los colores del CD Olímpic justo antes de recalar en el club ribereño.

«Mi llegada al Càrcer fue por un motivo peculiar ya que no me terminé de adaptar en Autonómica tras las dificultades que encontraba a la hora de compatibilizar horarios y desplazamientos en una categoría en la que ya hay que ir más lejos», afirma. Ahí es donde aparece la figura de su actual entrenador, Jaime Bataller, que ya la había tenido a sus órdenes en Canals y la convenció para retroceder unas categorías y competir en 2.ª Regional. Para ella no es un paso atrás: «En estas categorías las jugadoras estamos para disfrutar del deporte, de las compañeras y estar lo más a gusto posible», se sincera justo antes de reconocer que tomó la decisión correcta.

Su rapidez y tenacidad le han permitido poder adaptarse casi a cualquier posición de ataque a pesar de que reconoce que «de volante derecho es donde más me gusta jugar. Soy más de dar goles que de hacerlos ya que entiendo que el fútbol es un deporte colectivo, pero ahora en el Càrcer juego más en punta», matiza. Se deshace en elogios al preguntarle por su entrenador y lo define como una persona «paciente y comprensible, intentando siempre aislar al equipo de temas extradeportivos y ayudándonos para dar siempre lo máximo en cada partido. Es muy diferente comparado con otros». Incide en que «antepone al equipo antes que a él, sobre todo en temas exitosos». El preparador define a su goleadora como «un portento físico que da todo lo que tiene destacando su rapidez, sacrificio y disponibilidad para competir. Tímida y sensible pero a la vez muy fuerte y amiga de sus compañeras».

Verdadera pasión

Prácticamente todas sus compañeras han visto portería. ¿El truco? «El gran grupo que formamos en el que todas miran por todas explotando cada una sus puntos fuertes. Como dice el míster, 'hay que tener variedad y así hay más posibilidades de hacer gol'». «Somos conscientes de dónde estamos, y de luchar por ello, pero realmente somos un equipo que solo mira el día a día. Nuestro entrenador nos inculca esa dinámica, ganar una liga es dificilísimo... y es mejor dejar esa presión en casa. Al final todos los equipos estamos donde nos hemos merecido por nuestro trabajo», añade.

Fuera de los terrenos, Gabriela se dedica a la hostelería junto a su madre y su hermana. «Es agotador y te quita mucho tiempo pero al llevarlo la familia me permite tener horarios conciliadores con lo que me apasiona de verdad que es jugar al fútbol». Tomar algo con las amigas, ir al gimnasio o tener una buena charla son otras de las cosas que le gusta hacer a Gabriela.

Su corazón aventurero le ha permitido hacer cosas más arriesgadas como tirarse en paracaídas: «Me gustó mucho la experiencia de sentirme libre en un mundo, el actual, donde todos van acelerados y todo se define en estudiar y trabajar sin descanso». La tinta corre por sus brazos y se le observan varios tatuajes. ¿Alguno pensado en caso de ascender? «No tengo pensado hacerme nada si se asciende, tampoco lo descarto». Su discurso no cambia: «El futuro se limita al partido a partido».