Miles de estorninos provocan daños al arbolado, ruidos, olores, deterioro del mobiliario urbano y también del pavimento. La hora más conflictiva, en lo que a lluvia de excrementos se refiere, es a primera hora de la mañana, nada más salir el sol y antes de que alcen el vuelo. Tanto la brigada municipal como los operarios contratados a través de los programas de empleo refuerzan las labores de limpieza con agua a presión en los tres parques públicos anegados de excrementos.

Dos décadas de lucha